ESTRELLITAS Y DUENDES
El estudio Antoni Arola será el encargado de poner estilo y glamur a la iluminación navideña de la capital catalana. No creo que el ayuntamiento de Barcelona pretenda competir con los “diez millones de luces led” que, de la mano del alcalde Abel Caballero, conectó el pasado año la ciudad de Vigo. Esa pretensión, de producirse, sería una muestra de provincianismo barato. Pero no teman, eso no casa con el estilo de Ada Colau, tampoco con Jaume Collboni ni con la concejal Montserrat Ballarín. Eso sí, la ciudad condal gana a Vigo en anticipación. Los gallegos suelen presentar su proyecto en el mes de octubre, y Barcelona lo ha hecho con el despunte de la primavera. ¿Precipitación? Creo que no, más bien don de la oportunidad. Considero que el proyecto de iluminación anunciado tiene, al menos, un par de objetivos específicos: el primero es hacer olvidar a los barceloneses el desbarajuste cromático que embadurna las calles y las consecuencias de un urbanismo muy ‘táctico’ pero poco práctico; el otro, contentar a los sectores del comercio y la restauración que han soportado estoicamente los contratiempos que han generado las medidas anti pandemia. Y si ademas el consistorio asume el gasto, miel sobre hojuelas. En estos tiempos de zozobra lo mejor que nos puede pasar a los ciudadanos es conseguir un recuerdo -como en la canción de Juan Luis Guerra- de estrellitas y duendes. Sabemos que ese fulgor luminoso es efímero; cierto, pero se agradece como bálsamo. Y si es bello aun más.
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