Convergencia y sus amigos critican el decreto del Govern de la Generalitat que permite la elección por mayoría absoluta de votos parlamentarios -y no por 2/3- de los miembros del Consell de Govern de los medios de comunicación públicos catalanes. El ejecutivo no ha tenido más remedio que actuar en consecuencia. CiU lo tiene bien merecido. El obstruccionismo que practica el nacionalismo conservador en el Parlamet lejos de facilitar la buena dinámica de las instituciones persigue, tan solo, entorpecerlas en un intento desesperado de erosionar la acción del gobierno Montilla.
Los organos de dirección y gestión de la radio y televisión públicas catalanas no pueden ni deben perder más tiempo en discusiones bizantinas. A la “Corpo” le urge planificar, ordenar y negociar un contrato programa que garantice su futuro como servicio público. Pero no solo el ámbito económico de la CCMA necesita método y rigor sino que también conviene afrontar profesional y serenamente el reto de gestión de los tiempos electorales que se avecinan.
Practicar el filibusterismo político ha sido la tónica convergente de esta legislatura. La reacción del ejecutivo ha sido la correcta. Garantiza la buena marcha y el funcionamiento de las instituciones.
Lastima, lamento que el gobierno no haya aplicado este tipo de terapias de choque con anterioridad puesto que las provocaciones han sido múltiples y variadas. Oposición, dialogo y pacto negociado si; vetos innecesarios, filibusterismo y obstrucción victimista no, gracias.
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