FLORES DE ARCÉN
En un humilde cuaderno de tapas de color verde olivo, el autor
observa y captura momentos vitales, cotidianos, de gentes a
las que vemos y no vemos. Toma notas sobre aquello que la
sociedad ignora u oculta con indiferencia, sin prestarle atención. En los márgenes de la ciudad hay vidas que se marchitan,
retales humanos que vegetan en agujeros negros abandonados a su suerte. Los invisibles moran ahí, existen. El autor describe con trazo grueso, no exento de subjetiva humanidad, su
contacto con la cotidianidad de algunas de esas criaturas que
pasan desapercibidas. Dibuja, sin pretensiones, el paisaje y las
circunstancias que envuelven su anonimato. En las páginas de
este libro no hallarán juicios de valor, ni críticas políticas al
uso, tampoco culpables (que los hay). Eso sí, párrafo a párrafo
oirán una voz que apela a la conciencia, que reclama cuidar
como propias las flores del arcén.
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