El blog d'en Joan Ferran

3.5.22

                                                                    LA BIBLIOCABINA 

 Ha llovido mucho desde que en 1928 se instalara en el parque del Retiro de Madrid la primera cabina telefónica de España. Ha pasado casi un siglo y este año la compañía Telefónica tiene previsto retirar las quince mil que siguen en pie, repartidas por las ciudades y pueblos del país. Las viejas cabinas ya no cobijarán llamadas anónimas, amenazas o palabras de amor. Todo eso se acabó, ha triunfado el móvil.
 Sin ellas algunos recursos literarios quedarán obsoletos y se difuminará parte de un determinado paisaje urbano. Eso sí, persistirá en el recuerdo de los cinéfilos aquella magnífica película de Antonio Mercero, La Cabina, que ganó un premio Emmy. La protagonizó un joven José Luís López Vázquez que fue galardonado con un Fotogramas de Plata. Barcelona no se ha resignado a perder su última cabina. El ayuntamiento le ha echado imaginación y la que quedaba la ha transformado en bibliocabina. La inaguró antes de Sant Jordi, en el barrio de Sant Genís, convertida en un punto de intercambio de libros y carga de móviles. Todo ella equipada con un wifi que da servicio a toda la plaza. Por desgracia abundan en la ciudad unos vándalos dispuestos a saquear y destrozar todo lo público. Casi lo consiguen hiriendo de muerte la bibliocabina de San Genís. El diccionario define el vandalismo como un espíritu de destrucción que no respeta cosa alguna, ni sagrada ni profana. Procede reparar el daño y atrapar a los gamberros para que un juez les fabrique una cabina a medida.