PRUDENCIA
Lo confieso: me encanta el tono sosegado que emplean los portavoces políticos cuando aguardan, ansiosos, los resultados de un escrutinio electoral. Ante cámaras y micrófonos suelen prodigar lugares comunes del tipo ‘prudencia’ o ‘la noche será larga’. Las frases de las primeras horas suelen ser un ejercicio de política preventiva, un poema sin rima, una improvisación sin alma. Todo es prudencia a su máxima potencia. Luego, cuando se intuye el desenlace final, esas precauciones iniciales quedan aparcadas, afloran tristezas, euforias y llegan los vítores y aplausos de los incondicionales. Y es en ese momento cuando muchos actores políticos fallan al ignorar que hay un mañana. La alegria, el gozo, del instante les impide echar mano de esa virtud - la prudencia- consistente en hallar medios y métodos para solucionar los problemas y las situaciones complejas. Nos espera un verano politica y climatologicamente duro y complicado. Quizás por ello nuestros políticos, si de veras laboran por el bien común más allá de sus circunstancias personales, deberían huir de apriorismos y ahorrarnos volver a votar antes de Navidad. Los partidos independentistas estan en horas bajas; cierto, pero esa contrariedad no les ha de llevar a perder la perspectiva. Cuando desde el la portavoz del Govern de la Generalitat se afirma que el independentismo ‘tiene la sartén por el mango’ se comete un error, se malbarata la prudencia y el sentido común. Asir la sartén por el mango no exime de salir salpicado y quemado.
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