MONTJUÏC,PALABRERIA Y BANDERAS
CASTILLOS Y BANDERAS
Leo con estupor como algunos columnistas del tres al cuarto se rasgan las vestiduras al comprobar –escandalizados- que la bandera española ondeará en el castillo de Montjuïc ¡ claro que si ¡. Es lo lógico, lo natural y lo que marca la legislación vigente.
Acepto sin reparos que el ciudadano que lo desee abrace el credo independentista que más le plazca. ¡Faltaría más ¡ pero esta circunstancia no puede abocarnos a negar lo constitucionalmente establecido, lo acordado y lo que refrendan las urnas de forma continuada.
¿Sería legítimo cambiar estos parámetros? Si, claro, pero tras unos resultados electorales y de consenso político que no parecen estar a la vuelta de la esquina.
Algunos andan empeñados en borrar del imaginario ciudadano elementos, instituciones e ideas que están ahí, que tienen vida legal propia y valores simbólicos para muchas personas. Considero todo ello un error.
En otro orden de cosas me parece legítimo que quien lo desee abrace las ideas que pretenden la edificación de nuevas patrias o la vuelta al cantonalismo. Allá ellos pero el mundo real esta ahí cada día más interdependiente, es el que es ¿Transformable? Si, pero para repudiar lo existente es preciso cargarse de una legitimidad que sea refrendada por las urnas. A fecha de hoy no tengo noticias de ningún partido político –serio- que se haya presentado a las elecciones pidiendo la supresión de determinados ministerios ni atacado nítidamente, frontalmente, la simbología constitucional acordada en su día. Creo que fue Santiago Carrillo aquel que relativizo lo que era relativizable cuando afirmo:
“que importa un color más o menos en la bandera…” Lo dijo con la intención de garantizar el juego democratico y la cohesión social...No conviene cargarse las reglas del juego, no estan ahí por casualidad.
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