El blog d'en Joan Ferran

23.5.09

FEDERALISTAS SI...CANTONALISTAS, JAMAS



EUROPA SIN ZARANDAJAS

La proximidad de una contienda electoral, en este caso las elecciones europeas, acostumbra a incidir sobre la totalidad de los ámbitos políticos y de gestión del país y viceversa. Tanto es así que hoy, visto en perspectiva, no se entenderían algunas actitudes y posicionamientos del pasado debate sobre el Estado de la Nación, y las polémicas generadas en algunas comunidades autónomas, sin el influjo de las elecciones europeas. Para bien o para mal toda la política de nuestro país está interrelacionada. Hace pocos días, sin ir más lejos, Artur Mas exigía al Presidente Montilla, en el pleno del Parlament de Catalunya, explicaciones sobre el voto de los socialistas catalanes en el Congreso de los Diputados. Pocas horas antes militantes de ERC intentaban rodear, sin éxito, el castillo de Montjuic reclamando no se sabe bien bien qué… y los concejales populares, de Barcelona, levantaban el espantajo de la inseguridad metiendo todas las políticas en un mismo saco etc.etc. Y es que, amigo lector, en este país cada vez es más difícil discutir y tratar los temas con propiedad, específicamente. Hay quien mezcla debates identitarios caseros con temas europeos, al mismo tiempo que, otros, intentan vertebrar una oposición en los Parlamentos Autonómicos o provocar una escaramuza en el Congreso de los Diputados. Para más “inri” en Catalunya una franja del llamado soberanismo independentista padece el síndrome de Queipo de Llano, consistente en favorecer, e impulsar, la creación y montaje de plataformas que laboran por la independencia de Catalunya. Legitimo todo ello,sin duda, si no fuera porque el personal se repite y reitera monótonamente el mismo discurso. Malas lenguas dicen que, además de la omnipresencia de la señora Gabancho en los actos inaugurales, muchos de los asistentes practican la múltiple pertenencia a todas estas plataformas.

Más allá del ombligismo al que nos quiere abocar una franja de opinadores y políticos de este país, vinculados al star system soberanista, Europa merece ser discutida en clave global, europea, mundial... Lo que se ventila en las elecciones del 7 de Junio no puede, ni debe, estar mediatizado por el cálculo provinciano y partidista de aquellos que tienen como objetivo lograr tan solo un rendimiento en lo cercano. Votar en las europeas para castigar, o premiar, en clave catalana o española es una irresponsabilidad ¿Por qué? Pues muy sencillo, en estas elecciones europeas la ciudadanía se juega mucho. El día 7 de Junio van a confrontarse dos visiones de Europa. Una, la de la Europa progresista en la que los gobiernos e instituciones intentarán resolver la crisis económica y política del continente. Otra, la de la Europa de la derecha neoliberal que deposita toda su confianza en la marcha del mercado. Es de sobra conocido que el discurso neoliberal favorece la desregulación laboral y el despido, la bajada de impuestos para las grandes fortunas y estimula el individualismo. Es evidente que la izquierda europea aboga por una Europa social donde sean derrotadas propuestas regresivas como la de las 65 horas.

Intentar obviar, como hacen algunos, que el Parlamento Europeo cada vez posee más peso específico en la aprobación de la legislación comunitaria es un error. Distraer la atención de la ciudadanía en pequeñas cuestiones que solo interesan a unos pocos es mezquino. A los ciudadanos catalanes hay que explicarles que la mayoría resultante de las próximas elecciones vehiculará las salidas de la crisis en un sentido o en otro. En Catalunya el europeísmo goza de buena salud aunque por diversas razones la pasión por ir a votar sea escasa. Todas las encuestas nos dicen que los catalanes confían en los valores de la convivencia, la paz y el respeto mutuo entre los pueblos y las naciones. Pero, dicho esto, surge la paradoja: las principales fuerzas políticas catalanas que se presentan a las urnas –CiU, ERC e IC- votaron en su día contra la Constitución Europea y no apoyan explícitamente el Tratado de Lisboa. Lamentablemente solo las candidaturas de los socialistas ofrecen, hoy por hoy, garantías de proyecto y posición nítida y clara ante los retos de la sociedad europea. A lo largo de los últimos años las fuerzas conservadoras han gozado de una cómoda mayoría, tanto en las Instituciones europeas como en los gobiernos de los estados miembros; como resultado de ello, todo el mundo sabe que se ha supeditado la sociedad al mercado y se ha generado la crisis que estamos padeciendo. Ha llegado el momento de optar -y votar- pensando en la Europa que queremos dejando en el desván las zarandajas de algunos cantonalistas.
Joan Ferran
Publicado en El Mundo