El blog d'en Joan Ferran

2.3.14

PRIMARIAS PSC BARCELONA






EN BUSCA DEL AVAL PERDIDO



La prensa lo explica con detalle y muchas fotografías. Los seis candidatos que participan en las primarias para escoger el candidato del PSC a la alcaldía de Barcelona han conseguido los avales exigidos. Lo celebro; me congratulo de ello porque eso implica que todos los aspirantes, y sus colaboradores, se han esforzado en hablar con los ciudadanos, en explicar por qué y el para qué de sus aspiraciones y proyectos. En un momento histórico en el que la desafección política ha conseguido convertirse en epidemia, no deja de ser un elemento esperanzador que un proceso participativo, como las primarias, inicie su andadura con éxito.
Correcto, todos han conseguido los avales. Pero van a permitirme, salvando las distancias, que parafrasee a Shakespeare cuando el insigne literato sostenía que lo bello, la belleza, no precisaba de avaladores puesto que persuadía por sí misma los ojos de los hombres. ¿Podrán nuestros candidatos persuadirnos por sí mismos? Los seis poseen el salvoconducto que les lleva hasta las urnas. Ahora ha de ser el contenido, la belleza de sus actitudes, discursos y proyectos lo que consiga el beneplácito de miles de voluntades.
Leo con detenimiento las respuestas que los candidatos dan a los chicos de la prensa. Todas se parecen mucho, se complementan las unas a las otras. Lucha contra las desigualdades sociales, creación de puestos de trabajo, más inversión pública, derechos colectivos, etc. Forman parte de un denominador que les es común. Este fenómeno que podríamos considerar lógico, dada la procedencia de una ideología que se les supone común a todos ellos, me inquieta. Les diré por qué. Nuestra ciudadanía está enojada, enfadada con el mundo de la política espectáculo; quejosa de los brotes verdes que sólo se aprecian en las ramas altas, no en la base ni en las raíces. En un panorama con esas características recuperar la confianza, el aval generalizado de los ciudadanos, exige hoy –además de honestidad contrastada- mucho afán de servicio, humildad y un cambio en las actitudes y el lenguaje. Exige interiorizar y actuar sobre lo que afecta a la gente en su quehacer cotidiano. Me hubiera gustado, por ejemplo, que alguno de los seis hubiera asumido en su discurso –a pesar de la complejidad del asunto- la denuncia de las tarifas abusivas del transporte público.
Dicen que Matteo Renzi triunfó como alcalde de Florencia porque combatió la burocracia, usaba la bicicleta en sus desplazamientos y redujo ostensiblemente la parafernalia y la flota de coches oficiales. Pues bien, ahora que todos los candidatos poseen el pase a la gran final, ¿Por qué los seis no nos prometen que acudirán, a sus hipotéticos despachos, en transporte público como todos los ciudadanos? ¿Por qué no nos aseguran que usaran sólo para lo oficial el vehículo oficial? ¿Por qué no nos prometen austeridad en los gastos de representación e idoneidad en la elección de sus equipos de colaboradores? etc.
Tiempos difíciles los nuestros. Intuyo que la ciudadanía añora a los políticos/ciudadano -tipo Olof Palme- y esta hasta los cataplines de patricios ilustrados con léxico y temario previsible. ¿Por qué será?
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