El blog d'en Joan Ferran

1.9.07

CONTRA LOS AGOREROS



Article publicado en "El Mundo·

Dicen que este ha sido un verano atípico, que no ha hecho calor y que, para mayor congoja de los bañistas, las medusas han dejado paso a tiburones playeros y rayas con malas intenciones. Unos lo atribuyen al cambio climático y otros a las plagas bíblicas subsiguientes al debate estatutario. Se mire como se mire, lo cierto es que incidentes no han faltado para regocijo literario de articulistas y periodistas de guardia.
El monumental apagón de Barcelona –reconozcámoslo, a pesar de su magnitud resuelto felizmente en un tiempo récord- mostraba alguna de las debilidades de nuestro sistema energético enfrentando a Endesa con Red Eléctrica e “ilumino” de paso la erosiva creatividad del principal partido de la oposición catalana. CiU solicitó la convocatoria urgente de la Diputación Permanente del Parlament. ¿Con qué objeto se preguntaran ustedes? Para nada constructivo, se lo aseguro. Simplemente para vociferar malintencionadamente afirmando que el Presidente Montilla estaba de vacaciones “en el pueblo” y que el Gobierno se encontraba ausente. Pero la solución de emergencia no llegó de aquel insípido y orquestado rifirrafe parlamentario, si no de la gestión combinada entre las Administraciones y las Eléctricas. Por si fueran poco los desajustes energéticos, estos se vieron reforzados por los problemas en la red ferroviaria de cercanías y por un par de imprevisibles colapsos en la ya famosa autopista AP-7. Todo ello, mas una saturación puntual de equipajes en el aeropuerto del Prat contribuyó a sazonar la ya cargadita ensalada de los contratiempos veraniegos. Pues bien, así las cosas y reconociendo que nos encontramos ante una crisis de crecimiento que precisará de esfuerzos redoblados en servicios e infraestructuras, los agoreros de turno han hecho gala este verano de una inconmensurable capacidad para desasosegar al personal. “Cataluña no funciona, es tercermundista”, bramaba iracundo Felip Puig en sede parlamentaria con rostro descompuesto. “El Gobierno está de vacaciones”, apostillaba instantes después un bronceado Artur Mas recién llegado de una pausa en su descanso estival. Pero claro, tanta osadía tremendista también tenía sus contrapartidas, su precio, puesto que, el debate de la Diputación Permanente puso de manifiesto la negligencia de los anteriores gobiernos en relación a las previsiones y a los planteamientos estratégicos. Si hoy es bien cierto que las paredes de nuestra autonomía necesitan una buena mano de pintura, por que están desconchadas y tienen incluso problemas estructurales, la razón habrá que buscarla también en el olvido sistemático de su mantenimiento durante las últimas décadas. Los problemas vinculados a las infraestructuras que han aflorado en Cataluña existen, son una realidad y urge solucionarlos. Pero todo el mundo sabe que los problemas no emergen por generación espontánea si no que son el fruto del abandono en la inversión y la desidia en la planificación. Este agosto ha sido el del acusador acusado, el de la inconsciente autoinculpación de los agoreros. Pero el tremendismo injustificado de los convergentes ha recibido estos últimos días un severo varapalo. El anuncio realizado por el Presidente José Montilla y su Gobierno de un paquete de inversiones en Cataluña que alcanza la friolera cifra de 18.450. millones de euros o el exhaustivo mapa de proyectos en infraestructuras, tanto ferroviarios como de autovías, han obligado a los estrategas de CiU a cambiar de tercio. ¿Hacia donde? Pues muy sencillo, visto el agotamiento de los temas veraniegos nos lanzan ahora el órdago de una “Plataforma por la Soberanía”, intentando conectar con la gripe balcánica que le dio calentura suficiente a Carod Rovira para anunciar un referéndum autodeterminista con fecha para el 11 de septiembre del 2014. Seamos serios, al final va a resultar que la tan cacareada fatiga del electorado catalán en relación a España va a venir motivada no por los retrasos de RENFE –que se solucionaran- si no por el hartazgo de oír tantas tonterías.
Regresemos pues, a las cosas serias. Catalunya necesita, como dice su President, unos Presupuestos Generales del Estado que contemplen lo acordado en el texto del Estatut de Catalunya; obstruir su aprobación sería un flaco servicio a la ciudadanía. El país precisa el diálogo y el consenso entre todas las fuerzas políticas para encarar su futuro. Ello implica la mano tendida desde el Gobierno, pero también el cese de hostilidades del tremendismo destructor. El pesimismo de los agoreros no da rendimientos electorales, tan solo crea desánimo, desmovilización e individualismo entre la ciudadanía. Para recuperar el tiempo, que otros malbarataron, Cataluña precisa una buena dosis de optimismo que le permita creer con entusiasmo en sí misma.