PASTILLAS DE OPTIMISMO
Tiempo atrás algunos presuntuosos intentaban vendernos la idea de que en el oasis catalán todo era distinto. Decían que, aquí, la política se escribía con mayúsculas y que el agrio clima madrileño no se estilaba en la sede parlamentaria ni en los medios periodísticos catalanes. Los hechos comienzan a demostrar lo contrario. Vista la situación actual, uno llega a la conclusión que quizá el único hecho diferencial sea la existencia de una sopa de siglas que se concreta con una distribución de escaños singular. Es más, me atrevería a afirmar que, en la emisión de los mensajes políticos, el nivel de provincianismo acomplejado va progresivamente en aumento. Y es una pena. Un país que tiene en sus manos la posibilidad histórica de desplegar su nuevo Estatuto no debería perder el tiempo discutiendo las pequeñas miserias que coloca sobre la mesa una oposición tan desorientada como la que soportamos. ¿De qué miserias nos habla este articulista? Se preguntarán ustedes. Pues miren, tras más de ocho años de debate acerca del papel de la radio y televisión pública, de haber consensuado una ley que pretende la desgubernamentalización de los medios, Artur Mas se permite el lujo de pervertir el espíritu del texto aprobado. Lanza sobre la mesa de negociación el nombre de un tétrico personaje -David Madí-. Este individuo fue apartado de su cargo acusado de manipular encuestas. Este personaje se vanagloria de saber intoxicar como nadie a periodistas y profesionales de la información. Mala pieza para el futuro órgano rector de la radio y televisión pública. Patético. ¿No creen? ¿Quieren más dosis de miserias políticas? Las hay tanto en la utilización morbosa de infortunios tales como incendios o infecciones hepáticas, como en la inoculación entre la ciudadanía de desconfianza sobre las obra pública. Los señores Mas, Duran y Felip Puig juegan desvergonzadamente a todo esto.
Pero hay más. Algo no funciona bien en este país cuando la disidencia o crítica al universo simbólico creado por el nacionalismo es siempre, siempre, considerada como un acto de traición a la patria, como una vergonzosa entrega al “españolismo”. Y así, entre las descalificaciones de unos por su concepción de Cataluña y de España y de otros, por su supuesta mala gestión, va pasando los días la oposición. Resumiendo: propuestas escasas, pocas ideas y muy mala intención.
Ante tanto despropósito se impone una cierta dosis de humildad. Reconozcamos que no somos perfectos; que Catalunya también tiene su parte oscura. Asumamos que el principal grupo de la oposición, envuelto en su particular esquizofrenia interna –soberanismo sí o no- no cumple con su obligación de servicio a la ciudadanía. Aceptemos que se ha transmitido un pesimismo excesivo a la sociedad catalana. Y así, puestos en esa tesitura reaccionemos.
El primer mensaje de Carme Chacón como candidata a las elecciones generales trae aire nuevo, oxígeno. La cabeza de lista del PSC transmite optimismo y nos emplaza a recuperar la ilusión, a romper con la dinámica derrotista que supura la política que proyecta Convergencia i Unió. Nos propone avanzar de forma decidida en el desarrollo legislativo del Estatut, profundizar las medidas de radicalismo democrático y de los derechos humanos auspiciados por Zapatero e incrementar el paquete de medidas sociales.
Respecto al modelo de Estado, Carme Chacón lo tiene claro. Aboga por una España plural donde Cataluña ha de tener un papel de protagonista de primer orden. Abomina de las propuestas independentistas por anacrónicas e ineficaces. Hace del catalanismo y del federalismo una fuente de inspiración integradora de todas las sensibilidades del país. La propuesta de Chacón y del equipo que la acompaña contrasta con las dificultades de Duran i Lleida y de Daniel Sirera para confeccionar sus respectivas listas electorales. Ya lo ven: ante el derrotismo melancólico de algunos sitúa el optimismo; ante las aventuras soberanistas, el federalismo y para la ciudadanía, mejoras sociales al más alto nivel.
Hagamos votos para que la política catalana vuelva de una vez por todas a primera división.
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