El blog d'en Joan Ferran

14.1.08

Dicen que soy un icono ilustre...


Un adicto a la “plataformitis soberanista” -muchas plataformas y siglas con poca gente- escribe hoy en un periódico, que suele citarme en exceso, afirmando que soy algo así como un ilustre icono unionista.

Pues sí. ¿Porqué no? Dicen que los iconos son utilizados en la cultura popular como símbolos a los que se les reconoce por tener una significación o por encarnar ciertas cualidades. Para mi es un honor ejercer de icono, identificación o referente de miles de catalanes sensatos que aprecian y valoran las virtudes de caminar juntos mucho más que las veleidades de andar errantes a la búsqueda de una misión histórica.

Dice el señor plataformista que existe una virtud primigenia inherente al debate nacional consistente en superar la división entre derecha e izquierda. Creo recordar que eso es precisamente lo que ha sostenido tradicionalmente la derecha y, que recalcó Gonzalo Fernández de la Mora en su famoso Crepúsculo de las Ideologías. Pero no. Los iconos no acostumbran a ser ambiguos, no serian iconos. De existir un pequeño gráfico, capaz de resumir mis planteamientos al respecto de lo que nos ocupa, este desplegaría una tabla de contenidos consistente en:

1. En un mundo globalizado se tiende a agrupar, a federar. El enroque y la reclusión en un microcosmos confrontable nos llevarían a un micro estatismo tan estéril como feudalizante.

2. Las recetas independentistas caseras curalotodo no sirven. Los problemas, los vaivenes económicos, sociales, climáticos, migratorios, no entienden de fronteras. La interdependencia es un hecho.


3. El cultivo de las emociones identitarias -vengan del nacionalismo que vengan- ofusca la razón, cercena la solidaridad, destruye la cohesión social y genera enfrentamientos gratuitos.

4. ...

Podríamos seguir y seguir pero ¡qué caramba! Seamos claros: el ilustre Icono cree en la España federal con un autogobierno catalán a tope. El Icono no está para aventuras de visionarios. El Icono no quiere convertirse, en el peor de los casos, en Kosovo; ni, en el mejor de ellos, en un belga por soleares (como diría Sabina).


El Icono está por Unión y libertad.