PUIGDEMONT Y LA ‘CUMBRE DEL TURRÓN’
La magia de la navidad es indiscutible: películas edulcoradas en casi todas las cadenas de televisión; anuncios de perfumes protagonizados por chicas diez y bellos efebos; festival de burbujas doradas y mazapanes que regresan a casa; deseos de amor, fraternidad y algún que otro reclamo solidario para los que lo pasan mal. Incluso, en prensa, puedes encontrar artículos de Pilar Rahola acerca de las virtudes laicas de la navidad. Lucecitas, abetos asesinados, ferias con caganers, pagas extra, loterías, purpurina, restricciones de tráfico y pesebres adulterados a lo Colau…
Y, en medio de este magma tradicional, Puigdemont ha decidido convocar a los miembros del Pacte Nacional pel Dret a Decidir con el objetivo (?) de comenzar a concretar mil desconexiones y otra consulta. Y así, como quien no quiere la cosa, ha tomado carta de naturaleza la denominada ‘Cumbre del Turrón’ prevista para el 23-D. Sí, una reunión de fin de año -como la del amigo invisible de las empresas- para desearse felices fiestas y brindar por un año nuevo mejor y más fructífero que el anterior.
Muy pillado por los chicos de la CUP debe andar el president Carles Puigdemont para recuperar la vieja táctica de la huida hacia adelante. ¿Acaso ignora que ese tipo de decisiones se ha saldado con el envío de sus protagonistas a la papelera de la historia? Pregunten a Artur Mas cómo se siente al respecto, saldrán de dudas.
La ‘Cumbre del Turrón’ no pasa de ser un placebo para la CUP, un ejercicio de distracción para mantener engrasados los motores del independentismo, a la espera de que una actuación ‘providencial’ de la justicia, contra Carme Forcadell, facilite combustible barato para caldear el ambiente nacionalista. Todo vale para recuperar la iniciativa perdida y no ser acusado de entreguista.
El gobierno del Partido Popular ha movido ficha con Soraya Sáez de Santamaría, Millo y la Operación Dialogo. ¿Puigdemont va a cometer la torpeza de negarse a dialogar para no irritar al independentismo más radical? El President de la Generalitat sabe que la ‘Cumbre del Turrón‘ carece de sentido más allá de la gesticulación y su publicitación en TV3. Acierta la socialista, Meritxell Batet, cuando afirma que la reunión convocada para hablar de un nuevo referéndum es perseverar en la vía del ridículo. Todo el mundo conoce en qué coordenadas se mueve el Govern y a quien ha de rendir pleitesía si pretende aprobar los presupuestos.
Mucho ojito, President, junto a la carta a los Reyes Magos de Oriente la magia de la Navidad también deja en los balcones carbón para los que se portan mal.
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