El blog d'en Joan Ferran

15.3.08

PER UNA ESPANYA FEDERAL



España interesa

Que los socialistas han ganado las elecciones generales es una obviedad. Que el Partido Popular ha obtenido un resultado digno, también. Pero más allá de estas evidencias conviene comprender lo que sucede cuando la ciudadanía catalana acude masivamente a las urnas. ¿Qué ha ocurrido? ¿A que obedece tanta algarabía? Se preguntaran ustedes. La respuesta es clara: España interesa, e interesa mucho más que el discurso, o los vuelos gallináceos, de cuatro analistas alimentados en la despensa del “star system” nacionalista y sus medios de comunicación. Los creadores del mito del “català emprenyat” y los apologistas del soberanismo están de luto. Sus tesis han sido derrotadas en Valencia, Cataluña y País Vasco. El “derecho a decidir” ha sido empleado para apuntalar a las dos grandes formaciones políticas que tienen un proyecto global –pero distinto, claro está- de Estado. Los brindis al sol y la venta de impolutos paraísos patrióticos ha quebrado. El batacazo republicano y la curva descendente por la que se desliza el mundo convergente dan fe de lo dicho. A los catalanes les interesa España. La ciudadanía de nuestro país ha hecho caso omiso tanto de los victimistas como de los aventureros. Multitud de jóvenes han acudido desacomplejadamente a votar sin el señuelo de una receta curalotodo, sin la mística de las banderas al viento. Lo han hecho dando muestras de interés i pragmatismo, optando por la estabilidad política y la eficiencia. Lo han hecho pensando en los objetivos a alcanzar y adivinando quienes eran los más aptos para conseguirlos. Los grandes derrotados de estos comicios son los que desean obviar la Cataluña real. Los grandes perdedores de estas elecciones han sido los partidos, articulistas y pseudo intelectuales que pretendían cortocircuitar el encaje armónico de los pueblos de España. Los detractores del modelo autonómico camino del estado federal han enmudecido.
España interesa y las cifras de participación lo demuestran. El debate, los cara a cara de los grandes candidatos –a pesar del obstruccionismo practicado por la televisión pública catalana- han cautivado al ciudadano y le han dado elementos para optar libremente, para opinar y para votar. Tras el 9 de marzo recae sobre los socialistas catalanes una tarea ingente. El presidente José Montilla está obligado a administrar con efectividad y prudencia su fuerza. Ha de conseguir, antes del mes de agosto, un sistema de financiación justo y también concertar cuantiosos traspasos con el futuro gobierno de Rodríguez Zapatero. Ambos presidentes saben que sus movimientos van a ser observados al detalle. Ambos líderes políticos son conscientes de que se necesitan mutuamente para no desballestar la simbiosis y las esperanzas generadas en sus proclamas políticas. Algunos afirman que ZP ha vencido gracias a Cataluña; otros argumentan que los socialistas catalanes crecen en votos gracias a Zapatero. ¡Que más da! Lo cierto es que miles de ciudadanos han apostado por la papeleta que contenia la oferta electoral más pragmática y estable.
De aquí a pocos días volverán a funcionar a pleno rendimiento el Congreso y el Senado. El Parlamento catalán ha recuperado ya su velocidad de crucero. CiU persiste en hostigar al Govern acusándolo de débil e inestable como consecuencia de la marcha del conseller Joan Puigcercós etc. etc. etc. Pero el nudo gordiano de la legislatura va a ser la capacidad, o no, de satisfacer las expectativas levantadas. La llamada Ley de Dependencia ha de aplicarse convenientemente, el Estatut y el modelo de financiación han de salvarse de la Inquisición Popular… Pero todo ello no es suficiente. El personal solicita que desde la sala de máquinas del PSC se genere también un mensaje a la medida de la ciudadanía que confía en el modelo de estado que propugnan los socialistas: el de la España plural y federal. Sí, sus electores esperan un discurso susceptible de contraponerse a esa amalgama de ambigüedades que blande alegremente el nacionalismo. Muchos ciudadanos catalanes esperan que sus políticos preferidos verbalicen con claridad un: “España interesa”. Quieren que alguien arrope sus sentimientos de vinculación al tiempo que esperan que se defiendan mayores cuotas de autogobierno y calidad de vida a partir del Estatut. Tras el día 9 de marzo un buen número de columnistas doctrinarios han optado por callar o hablar del sexo de los ángeles. La explosión participativa de la Cataluña real ha abortado las jugadas de pizarrín de algunos brujos mediáticos. Hoy, como nunca, ha quedado claro que España interesa sin que ello vaya en detrimento del catalanismo social ni de su hoja de ruta. Mas bien todo lo contrario. La potencia de las urnas ha ubicado a cada uno en su lugar.
Joan Ferran. Articulo publicado en "El Mundo"