El blog d'en Joan Ferran

12.3.10

¿ULTRAORTODOXOS EN TV3?.....NO, GRACIAS!



La radio y televisión públicas catalanas están en período de atenta observación. Lo están, no solo por los cambios acaecidos merced la implantación de la TDT y las nuevas tecnologías, sino también porque algunos-legítimamente- cuestionan sus altos costos para el erario público. Y más en tiempos de crisis. En el caso de Catalunya la justificación, la razón de ser, de unos medios de comunicación en lengua catalana se inscriben en la necesidad de ofrecer un servicio público donde la normalización linguística ocupe un papel central. Es sabido y notorio que este aspecto cultural no lo garantizan suficientemente los medios de ámbito estatal. Hasta ahí nada que objetar pero si mucho que exigir. Los medios dependientes de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA) han de ofrecernos una mirada catalana, pero ideológicamente plural, de la realidad del mundo y del país. En este sentido urge conseguir un buen libro de estilo, un lenguaje y un universo conceptual en el que puedan sentirse cómodos la mayor parte de los ciudadanos catalanes independientemente de su opción política, religiosa o filosófica. En la actualidad ¿eso es así?. Hay quien opina que no, que aun imperan inercias del pasado. Por si ello fuera poco se ha presentado en sociedad un grupo de profesionales que se autodenominan “Control Ç” que pretende, desde las entrañas del ente, una “recatalanización” de TV3 y Catalunya Radio. Este colectivo abomina de lo que considera una deriva españolista de los medios catalanes (?), se lamenta de los criterios informativos de la casa llegando a cuestionar –por ejemplo- que TV3 informe de los partidos que juega el Sevilla en la Champions, dado que el club pertenece al ámbito de “lo español”. Fatal, la iniciativa me parece un intento burdo de convertir una radio y televisión nacional en un catecismo de sectario credo nacionalista cada vez más alejado del espíritu de servicio público que debemos exigir a todas las emisoras de la CCMA.
Recientemente hemos asistido a un intenso debate sobre el papel de la publicidad televisiva y sobre la conveniencia, o no, de sufragar las pérdidas económicas de lac cadenas autonómicas. Una de las condiciones sine qua non que en la actualidad permite justificar el modelo televisivo financiado por la Generalitat es, entre otras cosas, su acceso universal, el pluralismo y su condición de servicio público para todos. Todo ello implica una mayor ambición de crecimiento en nuevos sectores ciudadanos incorporando nuevas clientelas televisivas. El intento de reducir el marco referencial e informativo en nuestros medios deviene una mala receta que quizás satisfaga a unos pocos pero impedira a muchos otros sumarse a “la nostra”. En los manuales de lo que se ha llamado Guerra Fría una de las prácticas empleadas para debilitar al enemigo consistía en generar disidencias y críticas en su seno.¿Es ese el rol que quieren jugar algunos? ¿A quien benefician? Insisto, escorar la radio televisión pública catalana hacia planteamientos identitarios con universos simbólicos de marcado carácter ideológico refuerzan las tesis de los que abogan por su liliputación. La inmensa mayoría de los ciudadanos catalanes no está para estas zarandajas. Es sabido: los grupos “Ñ” y los “Ç” se retroalimentan; sobreviven en base a un mismo denominador común. La radio televisión pública o es abierta y plural , o dejará de ser.