NADA NUEVO BAJO EL SOL....
Metidos en la civilización de lo empaquetado nos hemos acostumbrado a las máquinas nespresso, los cubitos de sopa instantáneos y a las pastillas detergentes para lavavajillas. Tanto hemos evolucionado que esta técnica de envasado ha llegado incluso a impregnar el relato político de más de un articulista o tertuliano. Hoy, en el mercado del análisis político, podemos hallar “packs discursivos” útiles para escenarios diversos. Ayer un importante rotativo barcelonés publicaba un artículo no exento de pensamiento por packs. Decía algo así como:
Pues sí; leí reflexiones similares respecto a la política catalana, su estatuto y la relación con España. También recuerdo algo parecido alrededor de la socialdemocracia y el futuro de Europa. Este denominador común también sirvió para ponderar el talante del gobierno de España y ahora el de Barcelona.
Y dentro de este mismo desarrollo narrativo, tras el pack pesimista inicial, suele venir una reflexión buenista / voluntarista que concluye con otro pack; ahora sí, rebozado de un optimismo que nos conmina a sumar voluntades y a efectuar un esfuerzo cooperativo entre los gobiernos y el tejido civil para recuperar un imaginario colectivo basado en una difusa transversalidad. Lo que sigue es el relleno típico y tópico acerca de los emprendedores y el modelo productivo. Es decir: pequeñas píldoras complementarias para sazonar un relato repetido que nos acabará recordando que el futuro está en nuestras manos. Obviedades que comparto y que en el fondo andan escritas en los textos programáticos de los partidos desde hace tiempo inmemorial ¿Novedades? ninguna, letras y frases recurrentes, la útil ambigüedad del pack/comodín para insinuar vaya a saber qué.
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