URGE IMAGINAR NUEVOS PLANTEAMIENTOS
La urbanización masiva no es la única forma en la que el mundo puede sobrevivir a la explosión demográfica. Es necesario que imaginemos nuevos modelos de convivencia que les devuelvan a los pueblos sus tierras y sus costumbres.
Quinientos millones de personas viven hoy sin hogar o en chabolas en las ciudades del mundo. El Centro de la ONU para Asentamientos Humanos (Hábitat) ha publicado un informe con una llamada de emergencia: El mundo no está preparado para la urbanización del siglo XXI ya que casi la mitad de la humanidad vivirá en ciudades.
En la cumbre de Copenhague, la ONU alertaba ante los problemas del hambre y advertía que está en curso una "explosión social" como jamás había conocido la historia,
No nos es lícito reservar nuestras energías para paliar los efectos de causas estructurales injustas. Las organizaciones humanitarias no pueden quedar reducidas al papel de "apaga fuegos" haciendo llamadas a la emotividad de las gentes cuando sobrevienen las catástrofes. Según el Informe, en el 2025, el 80 por ciento de la población urbana del planeta pertenecerá a países empobrecidos. Es preciso que la opinión pública tome conciencia de esta realidad y busquemos soluciones entre todos.
El mundo no está preparado para la urbanización del siglo XXI ya que casi la mitad de la humanidad vivirá en ciudades.
"Una persona sin hogar es lo mismo en cualquier sitio" y por eso se precisa una coordinación entre gobiernos, empresas privadas e instituciones humanitarias. Es discutible la afirmación de que "la urbanización masiva es la única forma en que el mundo puede sobrevivir a la explosión demográfica". Eso será mientras se mantengan los actuales parámetros y el modelo de desarrollo deshumanizado, consumista y de explotación que impusimos a los pueblos del mal llamado Tercer Mundo. Al desarraigar a las poblaciones de sus tierras y costumbres tradicionales hemos formado ejércitos de nómadas sin rumbo, sin pastos y sin ganados. Los nuevos bárbaros tienen que dirigirse hacia el limes del Imperio y traspasarlo. No se los puede confinar en ghettos ni actuar como si los países ricos del Norte no fuéramos responsables del empobrecimiento de los pueblos de Sur al imponerles unos modelos, unos cultivos, unas necesidades, unas formas incompatibles con sus raíces. Todo lo que no sea un desarrollo endógeno, sostenible, equilibrado y global llevará a la desertización de las tierras y de los seres humanos.Junto a un control de la explosión demográfica eficaz y humano, apoyado en una educación digna, es necesario imaginar nuevos planteamientos y modelos de convivencia que devuelvan a las personas al cultivo de la tierra, de las artes, y de los oficios, así como de la inteligencia y del corazón en un ambiente que no se degrade y se convierta en el mayor desastre ecológico de este planeta. Δ
José Carlos Garcia Fajardo. publicado en ATTAC
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