“PROCESISTAS” y PROCESIONARIAS
Ustedes me perdonarán pero los conceptos y las palabras disparan en la mente humana todo tipo de asociaciones, de imágenes e ideas. Algunas grotescas, lo confieso. Otras absolutamente surrealistas u obscenas sin necesidad de recurrir a pastillitas o tomar alcohol. Lo cierto es que estoy tan harto de los numeritos del ‘Procés’ que ya lo visualizo oníricamente como una cosa alargada, de longitud infinita, tonos oscuros y tenebroso. ¡Qué pesadez la televisiva! ¡Qué monotonía la de los escribas a sueldo! ¡Qué redundancia la de los tertulianos pagados de sí mismos o pagados por otros!
No sé ni cómo ni cuándo he llegado a asociar a la procesionaria del pino con algunos prohombres del ‘Procés’. No con todos claro. Los hay serios y respetables ¡Faltaría más! Me refiero sólo a esos que cuando abren la boca liberan la sandez en estado puro. Esos capaces de provocar artículos por doquier, como el de Xavier Rius en estas páginas y que llevaba por título: ’No tenen vergonya’.
Cuando Jordi Turull suelta bilis e identifica la fiscalía con el 23F, me estremezco. Pienso: este tipo no sabe de lo que habla. Cuando Francesc Homs, con sonrisita sarcástica, suelta la máxima: “el Estado ha perdido”, llego a la conclusión de que no sabe qué es un Estado ni para que sirve. Cuando un colectivo político, como Junts pel Sí, juega a subvertir con malas artes y alevosía las reglas de juego parlamentario es que algo no va bien. Cuando unos mozalbetes, de familia bien, hablan de armar un ejército a la catalana no puedo más que -perdonen la expresión- descojonarme de risa. Estos ‘procesistas’ de vía estrecha -reconozco que he seleccionados los más frikis- sueltan dardos a diestro y siniestro sin ruborizarse, sin pensar las consecuencias de sus palabras y acciones. ¡Qué atrevida es la ignorancia!
Pues bien, la otra procesionaria, la del pino, también actúa un poco así. Sus orugas, con un cuerpo cubierto de largos y apretados pelos urticantes, cuando se sienten amenazadas o importunadas sueltan pelillos al aire provocando alergias, irritaciones varias y urticaria a personas y animales. Luego van en fila, se suben al árbol y devienen una plaga…
Las asociaciones mentales, a veces, son inescrutables.
Publicado en e-noticies.cat
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