EL VIDEOCLIP DE SUSANA
Hoy en día pocas cosas se les escapan a los medios de comunicación. Y menos a los grandes medios que han adoptado la vía digital para compensar la crisis manifiesta del papel. Visiono en El Periódico, no sin cierta perplejidad, un video hagiográfico dedicado a Susana Díaz. No acierto a comprender si la intención es demostrar sus habilidades como presidenta de Andalucía, como candidata a dirigir el PSOE o ambas cosas a la vez. Dicen que ha sido confeccionado por un grupo de fans y allegados pensando en matar dos pájaros de un tiro. Reconducir, por una parte, el deterioro de su imagen pública tras las recientes movilizaciones acaecidas en Andalucía; por otra, contrarrestar el protagonismo de Pedro Sánchez y Patxi López. En el videoclip Susana lo es todo. Es presidenta, hija, madre, líder, sacrificio y lealtad. En él derrocha simpatía, gracejo y proximidad al más puro estilo de la prensa del corazón; una miscelánea arcaica, un coctel, entre spot electoral y reportaje rosa…
Perdónenme, pero creo que, tanto la protagonista como los autores del videoclip, no son conscientes del momento histórico que estamos viviendo, ni de las corrientes de fondo de nuestra sociedad. Nos hallamos en ese claroscuro -que definió Antonio Gramsci con maestría- entre un viejo mundo que muere y otro que empieza a nacer. Se está librando un combate entre las inercias del pasado y nuevas formas de pensar y participar. No se trata solo de un tema de personas y liderazgos sino de método, estilo, coherencia y dinámica. El viejo marketing está obsoleto, ya no sirve.
Aunque nadie haya dado el pistoletazo de salida el proceso de primarias en el PSOE ya ha empezado. Algunos las viven como un episodio más, uno de tantos, en el que hay que echarle toda la carne al asador para conseguir el triunfo –según ellos- de lo ‘políticamente correcto’. Ahí vamos a encontrar el uso -y abuso- de los resortes orgánicos e institucionales que aún están en manos de los de siempre. El acto sufragado por Abel Caballero, hace pocas semanas, es un ejemplo de ello. La ofensiva mediática no ha hecho más que empezar. El futuro es impredecible, cierto. Lo viejo no se resigna a dejar paso a lo emergente, lo teme, lo acusa de irresponsable o temerario; va a vender cara su piel. Veremos pactos inexplicables, alineamientos contra natura, maniobras de distracción de todo tipo e incluso terceras vías que no serán tales. Lógico. Lo acomodado no quiere fenecer pero las nuevas dinámicas están ahí, han venido para quedarse. Las impulsan la gente corriente, esos que algunos llaman despectivamente: ‘las bases’.
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