El blog d'en Joan Ferran

15.3.17

@martapascal






MARTA PASCAL NECESITA PASCALES 


Tuve oportunidad de conocer y charlar con Marta Pascal con motivo de la presentación en sociedad de un libro de Ramón Miravitllas titulado: ’Els homes i les dones que tenien por del micro’. Marta se formó, políticamente hablando, en la escuela de las Juventudes Nacionalistas de CDC. Me pareció una persona sensata y cordial. De entre los de su peña me recordó la sonrisa, siempre amable, de Josep Rull. Instintivamente la ubiqué muy lejos del sectarismo que gastaba contra sus adversarios políticos Jordi Cuminal. 
 Hoy Marta Pascal ostenta la máxima responsabilidad ejecutiva en un partido que intenta romper con un pasado tan opaco como turbio. Su papel estrella en esta película no resulta fácil. Cada día aparecen nuevas sospechas, nuevos indicios, nuevas acusaciones y nuevas causas. La vieja guardia convergente no ayuda, se enroca. No ha asimilado que su tiempo ya pasó y que su aura no es ni luminosa ni pura, lleva impreso el estigma de la corrupción y mancha.

 Dicen que nadie –abiertamente- en el PDEcat ha exigido a Artur Mas que abandone la presidencia del partido, cierto; pero el intento de marcar distancias de los nuevos dirigentes no sirve de nada ante la contaminación manifiesta que encarnan aquellos que crecieron a la sombra del pujolismo. Pues bien, ha llegado la hora de la verdad para la señora Marta Pascal y los suyos. Ha llegado el momento de agradecer al expresidente Mas los servicios prestados -él lo hizo con Jordi Pujol- y mostrarle el camino de la jubilación forzosa por el bien de la causa. Artur Mas intenta seguir pedaleando, se revuelve ante las evidencias que insistentemente le acosan. Su gran problema existencial es que se alimenta de ‘el procés’. Sin él ya no puede ser nada… Marta Pascal -cargo obliga- ha de liderar una operación de despeje. Cada día que pasa, sin marcar diferencias claras entre el nuevo partido y la vieja CDC, es una muestra más de servidumbre a las inercias del pasado. Hace buenas las máximas lampedusianas para que todo siga igual. 
 Más allá de la dirigente del PDECat Pascal también es el nombre que se da, en recuerdo al inminente físico Blaise Pascal, a la unidad de presión del Sistema Internacional de Unidades. Se define el pascal como la presión que ejerce una fuerza de un newton sobre una superficie de un metro cuadrado. Si quiere hacer creíble el nuevo proyecto que lidera, nuestra contemporánea Pascal, tendrá que echarle al asunto muchos pascales. Está obligada a presionar, hasta la extenuación si es menester, para que la vieja guardia asuma responsabilidades y deje el camino expedito al nuevo partido. De no ser así la senda a la irrelevancia del PDECat está garantizada… y Junqueras feliz.