El blog d'en Joan Ferran

19.3.17

MOVIDA DE BARONES Y JARRONES MING






SUSANA, LOS BARONES Y EL PRI 



Algunos mandamases del socialismo hispano siguen sin enterarse de qué va la película. Viven en la inopia. Quieren convencerse, y convencernos, de que las primarias que vienen son -sólo- para elegir uno/a entre tres. Craso error. Lo he escrito en anteriores ocasiones, lo que está en liza es algo más complejo que una elección de Secretario General. Se trata, ante todo, de optar entre una nueva senda o seguir vegetando y hundiéndose en aguas cenagosas, carentes de oxígeno. La placentera autosuficiencia de los acomodados les lleva a ignorar el cambio de atmósfera política que vive el país, a desconocer las nuevas inquietudes que emanan de la ciudadanía y de su propio partido. Creen que todo es como fue siempre y, en consecuencia, actúan como antaño. Son tan arcaicos como aburridos e incapaces de conectar con el pulso de la nueva sociedad. Temen a internet. Dicen, en su defensa, que el PSOE es el partido que mejor refleja la realidad española; media verdad ésta porque ‘su PSOE’ lo que refleja -en el mejor de los casos- es la sociedad española de los presidentes Zapatero o González, no la actual. De la crisis para acá ha llovido mucho; la ciudadanía ha evolucionado y desarrolla nuevos hábitos, otras exigencias, otras necesidades. La verticalidad jerárquica en los partidos políticos está denostada, las ansias de participar en la toma de decisiones va in crescendo, los dogmas se discuten, la libre opción se impone… Considero que Susana Díaz y sus barones están anticuados cuando perpetuán viejas tácticas y métodos para difundir propuestas o publicitar su candidatura. Hay paisaje más allá de los autocares rebosantes de militantes transportados y mítines edulcorados. Hablan y hablan de vencer, de ganar, pero no detallan para hacer qué. ¿Dónde está el contenido? 
Echan mano del poder institucional para alardear de fuerza y de anclajes sociales, como si ello sumara, obviando que la confianza en los políticos de coche oficial está por los suelos. 
 Cada vez que oigo a barones y apparátchiks pontificar a favor de la candidata de la Gestora me vienen a la mente los corridos mejicanos. Sí, verán: el modus operandi de cierta baronía socialista, con sus jarrones chinos incorporados, me recuerda al viejo PRI (Partido Revolucionario Institucional) del país azteca. Una formación política que orilló ideología y pensamiento para idolatrar la gestión tecnocrática y la perpetuación en el poder durante casi ochenta años. En este sentido les invito a contrastar las cosas. Observen, por ejemplo, el attrezzo de los distintos candidatos y sus supporters. No les extrañe en determinados eventos la ausencia de banderas rojas, puños y similares. Demasiada pasión para el gusto de algunos… ¡Ah! Y no se confundan, cuando vean una prenda multicolor agitada entusiásticamente por los aires, puede que sean los fajines de concejales y alcaldes que acuden a las llamadas de un Abel fugado del Paraíso Terrenal. Insisto, no se trata tan solo de seleccionar a uno entre tres. Tampoco de una lucha entre rojos radicales y sensatos socialdemócratas, como insinúan maliciosamente los eternos amoldados. Se trata de reinventarse y reorientarse colectivamente o languidecer entre imprecaciones al cielo y soflamas. 
Vocear: ¡Quiero ganar! ¡Tengo fuerza y ganas! No es suficiente carta de presentación ni envuelta dentro de una pieza de porcelana de la dinastía Ming.