LAS MUJERES MARCAN SOLAS

 

El fútbol femenino está que se sale. Aun resuenan en el aire los ecos de la final de la Copa Mundial de Fútbol entre España e Inglaterra. Miles de aficionados siguieron el evento en directo y millones de ellos lo hicieron ante el televisor. Hace pocos días tuvo lugar en Zaragoza la final de la Copa de la Reina y el próximo sábado, en Bilbao, se juega la de la Champions. El fútbol femenino se ha convertido en un fenómeno capaz de arrastrar multitudes, cambiar la mentalidad arcaica de algunos estamentos federativos y estimular la práctica del deporte entre la juventud. Y es que, más allá del aspecto estrictamente económico o deportivo, ha llegado acompañado de demandas a favor de la igualdad de géneros. Atrás queda aquel año 1921 en el que en Inglaterra se prohibió jugar al fútbol a las mujeres; lejanos quedan los Juegos de Atenas sin mujeres de 1896, o los de Múnich en 1972 con la participación de tan solo un 14% de féminas. Ojalá en los juegos de París sea posible conseguir la paridad. Algunos dicen que el fútbol es una síntesis de casualidad y estrategia; la suerte, no obstante, no es un elemento suficiente para ganar campeonatos y ofrecer espectáculo. La excelencia deportiva se consigue cuando se es capaz de combinar técnica, táctica y forma física. Se ha hablado mucho de los hombre gol de la Liga masculina. Ha llegado el momento de poner en valor a las mujeres gol del balompié femenino: las Aitana Bonmatí, Alexia Putella, Athenea del Castillo, Jenni Hermoso y tantas otras.