Plomizo...

Estos días el cielo de Madrid está gris. La humedad ambiental es alta y las gotas de lluvia mojan las calles sin llegar a encharcar. El ambiente es fresco y las ráfagas de aire llevan mala intención. Los resfriados acechan y el tiempo anda más variable que el humor de un adolescente en apuros. La atmósfera, el cielo de Madrid está plomizo. Los debates del Senado son plomizos, los argumentos del PP llevan plomo en forma de perdigón dialéctico y los discursos pesan por repetidos, reiterantes y reincidentes. Aquí está todo dicho. Cada uno es cada cual. Todos tocan su música, su instrumento de acuerdo con su partitura. El debate sobre el Estatut en el Senado es un episodio necesario e inevitable, pero no por ello alegre, dinámico ni enriquecedor.

Ayer pude oír discursos, como el del presidente murciano, llenos de los típicos tópicos acerca de Catalunya, sus gentes y su estatuto. Sentí pena e incomprensión. Me ahogaba una droga hecha a base de caspa rancia y pestilente.

El cielo de Madrid está plomizo y el Senado refleja su inestable y primaveral atmósfera.

Hago votos para que todo esto acabe pronto, para que el PP deje de atizar la bronca, para que ERC madure y el referéndum –en clave de sí- permita a este país dejar de arañarse y lamerse, para poder gobernarnos con eficacia.

Necesitamos respirar.

Hasta pronto. Aquí en Madrid todo sigue igual. Por ahí algunos amigos nos siguen confundiendo... Paciencia.