Adios a Maragall
Si el arzobispo de Barcelona subiera al púlpito para predicar que el islam es la religión verdadera y que los creyentes deben sustituir la Biblia por el Corán, la reacción sería sólo una: si usted quiere defender esa tesis hágalo, pero no como principal representante de la Iglesia Romana en Cataluña, sino como un ciudadano más.El mismo rechazo se ha vivido en las filas del mundo socialista al escuchar decir al presidente Maragall que estaba disponible para formar parte del Partido Demócrata Europeo, proyecto alimentado por el centrista francés François Bayrou; los italianos Romano Prodi y Walter Veltroni, primer ministro de Italia y alcalde de Roma, respectivamente; y, en España, además del presidente del PSC, Pasqual Maragall, el líder de Unió Democràtica, Josep Antoni Duran Lleida, quién también deshoja la misma margarita.
El Partido Demócrata Europeo se basa en dos componentes ideológicos: el pensamiento socialcristiano y el socialbobócrata. Este último es el que los franceses definen así por considerar que encuadra al “bo- bó” (“bourgeois et bohème”), perfil de una parte de los votantes de Bayrou, muy similar al de los militantes de la “margarita” italiana de Prodi y Veltroni, que en España aspira a representar el presidente Maragall.Mientras el PSC ha iniciado una campaña, de la mano de Raimon Obiols y Maria Badía, para que los socialistas de Cataluña se afilien al Partido Socialista Europeo, su presidente predica las maravillas de la otra opción. Así las cosas, lo más natural es que Maragall haya anunciado que deja la presidencia del PSC, algo que, en lógica, es lo mínimo que se le esperaba.Ayer, hoy y mañana, si algo cabal puede decirse de Pasqual Maragall es que es absolutamente imprevisible; esa es su excelencia. Hacia donde le llevará continúa siendo un reservado misterio.
Escrit el 6/5/07La Razón - Cataluña
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