ASSUMPTA ROURA LO TIENE CLARO

Publicado en "La Voz de Galicia"

El veto a los Presupuestos Generales es una acción legítima, pero de difícil comprensión por mucho que se encuadre en la campaña electoral, y sobre todo es un ejercicio de cinismo que contribuye a ensanchar el agujero negro del sistema democrático. Este veto, por mucho que pueda ser corregido más adelante en el Parlamento, es un paso más en el camino de los desafíos elegido por CiU desde que no consiguió el Gobierno de la Generalitat. Es como ha de considerarse su arrogancia: un desafío a los dioses, esa energía oculta que nos convence de que las urnas son un bien intocable, a sabiendas de que esos mismos dioses pueden accionar la palanca de la venganza como castigo.
Los de CiU, con veinte años de poder a sus espaldas sin autocrítica, vendiendo oasis y practicando un proselitismo sectario, devastador, los mismos que se conformaron con negociaciones de todo a cien para representar que eran imprescindibles en España, nos asaltan ahora alegando que el Gobierno catalán pide poco. ¿Quién les puede creer? ¿Qué modelo de responsabilidad imparten? Aunque el desbarajuste se pueda corregir, ¿no han pensado en que un solo minuto puede echar por tierra la obra de años, que no es lo mismo mañana que hoy, puesto que el pájaro nació para volar?
Alegan que los Presupuestos invaden competencias, ellos, precisamente, que invadieron España de norte a sur de confusión y malestar con sus ejercicios de pantomima dentro y fuera de su pandemónium. Hay que empezar por desincrustarse el miedo ante esos representantes de solo una parte de los catalanes si se quiere salir del atasco, ese sumidero que quiere tragarse a cuantos catalanes no piensan como ellos. Por muchas que sean las dificultades, que las hay, habrá que sumar esfuerzos para subvertir las apariencias de lo que dicen que somos y no somos. La propuesta, por dificultosa, ha de ser un reto. No en vano clamaron a sus diosecillos cuando, apenas hace unos días, el portavoz adjunto del PSC y diputado catalán Joan Ferrán declaraba a un periodista lo que muchos sabemos y tememos decir: que la televisión catalana es la catequesis de los nacionalistas, con aplicación de resortes publicitarios sutiles y eficaces. El diputado habló por boca de los que callamos, y los mismos que ahora nos han birlado el Presupuesto se sacaron la venganza porque les sale a cuenta vivir de su único e incontestable ruido. CiU pisó las sagradas escrituras para que tragáramos con que ellos son las sagradas escrituras. Y no.