COMPAÑEROS...HAY QUE CUMPLIR
El Presidente José Montilla no se arruga, marca agenda, desconcierta a sus adversarios y actúa. Resuelve con eficacia lo que depende de su gobierno y no transige –caso de la financiación autonomica- cuando lo ofertado no se ajusta a lo pactado. Todos los sondeos ponen de manifiesto que los ciudadanos valoran en el President su capacidad de trabajo, discreción y rigor. El President tiene a su favor el haber movido ficha a tiempo cuando la crisis de Nissan estalló. Marchó a Japón entre risitas y bromitas sobre gheisas. Incluso el portavoz convergente, el insuperable Oriol Pujol, bromeo en rueda de prensa acerca del éxito del viaje a la sede central de la empresa automovilística. Todo lo que ustedes quieran pero, volvió con un pan bajo el brazo, con un nuevo modelo de la casa nipona para ser fabricado en Barcelona garantizando así el mantenimiento de los puestos de trabajo. ¿Y que me dicen ustedes de SEAT? La sensatez mayoritaria hecha voto de los trabajadores va a permitir que la factoría – con sacrificios obreros, eso sí, - continúe laborando manteniendo empleo dentro y fuera de la fábrica. La lista de medidas anticrisis adoptadas por el gobierno de la Generalitat son las más contundentes y dotadas económicamente que ha puesto en práctica en Europa un gobierno no estatal. Catalunya, junto a un land alemán, ocupa el primer lugar en este ranking. No es intención de este articulista pormenorizar al respecto. Las medidas de austeridad están ahí. La de dinamización empresarial y la formación ocupacional también. El President Montilla marcó agenda y compareció ante los agentes sociales en el Circulo de Economía explicando con nitidez el alcance de la crisis y la acción del gobierno. La valoración de su intervención entre los asistentes tanto de la patronal como de los sindicatos fue positiva. La de los analistas y medios de comunicación también. Ante este hecho Artur Mas y su gente no han podido resistir la tentación de contraatacar, de utilizar los efectos de la crisis económica para intentar erosionar al gobierno tripartito. El dirigente convergente, plagiando al President, ofreció una conferencia donde publicitó sus propuestas para sortear la crisis. A saber: una larga lista de ochenta iniciativas susceptibles de ser debatidas en el Parlament. Y lo cierto es que un buen número de esas propuestas aupadas por CiU son coincidentes en su música con las del gobierno Montilla. Si, pero otras muchas son prehistoria y están superadas en la práctica por las acciones gubernamentales. Otras, en cambio, podrían llegar incluso a ser perjudiciales para la cohesión social del pais. Resumiendo, la tan cacareada propuesta de Artur Mas contra la crisis adolece de rigor. Lo que se atreve a llamar “propuestas” no pasa de ser, en el fondo, una recopilación de deslavazadas enmiendas parlamentarias presentadas a lo largo de estos últimos meses. No dan respuesta a la crisis, no establecen una política global contra la misma, dejan multitud de flancos al descubierto etc. La receta de Artur Mas, no deja de ser un calco de las propuestas neoliberales al uso aliñadas, eso si, con un punto picante de demagogia – como la propuesta de rebajar el sueldo presidencial al tiempo que sostiene que los políticos están mal pagados-. Proponer alegremente rebajas fiscales deviene un clásico en boca de los grupos opositores. La receta menos impuestos más inversión pública no es viable. Es una ecuación que no cuadra. Pretender cargar sobre los más débiles, los trabajadores, el esfuerzo anticrisis es la terapia típica de la derecha. ¿O no? Un partido que ha tenido responsabilidades gubernamentales durante veintitrés años no puede ni debe obrar con tanta frivolidad. Los ciudadanos no aceptan como valida, no entienden, esa burda estratagema de culpar a los gobiernos de una crisis que es global, planetaria; es más, conocen la génesis del la misma y quienes son sus progenitores.
Ante este panorama el president José Montilla no se arruga. El Gobierno de la Generalitat afronta la crisis desde una doble perspectiva. Una, la de las medidas estructurales (acuerdos estratégicos, pactos nacionales... ) y otra de coyunturales para responder al día a día, a las personas. Las líneas prioritarias de acción del Ejecutivo pasan por incrementar la inversión en obra pública, por la promoción y el acceso a la vivienda, por el impulso a la actividad empresarial, por las políticas activas de ocupación y por la austeridad presupuestaria. No se pretende en estas líneas obviar la gravedad y la naturaleza de la crisis que nos sacude. Al contrario, se reconoce la misma como un problema serio de país. Se constata la idoneidad de las medidas adoptadas en contraste con la escasa solvencia de la propuesta del señor Mas.
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