MONTILLA MARCARA CRITERIO A SU DEBIDO MOMENTO
El tema no es novedoso. La insistencia de Artur Mas para que el presidente José Montilla convoque una cumbre de partidos catalanes viene de lejos. Ya antes del verano asistimos a un culebrón en el que se discutió hasta la saciedad la necesidad, o no, de efectuar movilizaciones para desembozar la sentencia del Tribunal Constitucional. En aquel momento la vía sensata del catalanismo político (Durán-Montilla) optó por aguardar y esperar acontecimientos. De momento a día de hoy nada ha variado, en esencia, más allá del ruido mediático y de la actitud firme y decidida del President y la sociedad civil catalana expresada con tanta contundencia como respeto. Las palabras del President y las editoriales de los medios de comunicación del país no han de ser catalogadas como acciones, presiones ni amenazas como pretenden algunos involucionistas. Son otra cosa. Quieren ser un toque de alerta, una invitación a la reflexión y una reivindicación de una dignidad colectiva que va más allá de los nacionalismos de corte victimista. Expresan la transversalidad de todo el catalanismo político e incluso el apego a lo que es de justicia de los que no lo son.
Ahora no es momento de cumbres, cimas ni desfiladeros. José Montilla obra bien y con prudencia. Exige y aguarda un desenlace positivo de un tema que se ha abordado con aditamentos negativos, con las cargas de profundidad apostadas allí por el Partido Popular y sus voceros. Que nadie se equivoque: El President no se precipitara ni dara pasos en el vacío a peticion de nadie. Sabe que le ampara el poder que da la razón, la energía de la ciudadanía y el sentido profundo de su responsabilidad histórica. El President no va a eludir el bulto pero tampoco se arrojará en brazos de los excitados. Cada cosa a su tiempo. Estoy seguro que hará oportunamente lo que mejor convenga para defender los intereses de la ciudadanía de Catalunya. No lo duden.
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