¿ PROPONES O CONTRAPONES ?

ARLEQUINES EN POLITICA

Cuando Carlo Goldoni, fundador de la comedia moderna italiana hace casi trescientos años, escribió la obra “El servidor de dos patrones” seguramente no imaginó cuan famosa se haría la estampa de su Arlecchino Batocchio. Sí, un personaje de ficción que, para sobrevivir, tiene necesidad de ofrecerse simultáneamente a dos amos, a dos patrones. Y va a ser a partir de esa buscada doble contratación que el sirviente se verá envuelto en conflictos y enredos intentando no ser descubierto. Arlecchino cubre su rostro con una máscara para ocultar la identidad y medrar entre intereses contrapuestos…

 ¡Qué gran creador Carlo Goldoni! La obra de este veneciano está trufada de equívocos, engaños y conflictos generacionales. Con fina ironía se mofa de la sociedad de su tiempo a la que considera, en cierta forma, ridícula.

Se me antoja pensar que hay algo de la “Commedia dell’Arte” en la política catalana. Un género de comedia donde prima la improvisación y donde cada actor tiene un repertorio de respuestas alrededor de las cuales construye un discurso. En la escena catalana nuestros prohombres ilustres no visten a rombos, ni llevan mascaras con cara de gato o mono. ¡Faltaría más! Pero no llegamos a dilucidar si algunos son oposición o gobierno, zancadilla o muleta, discurso diáfano o eufemismo para no violentar. Algunos de nuestros arlequines catalanes pueden llegar a ser creativos y sorprendentes, otros son previsibles y aburridos aunque la televisión gubernamental les mime.

Joan Oliver tradujo a la lengua catalana la mencionada obra de Carlo Goldoni. Seguramente jamás llego a imaginar que la historia nos ofrecería partidos arlequín, de gobierno y oposición al mismo tiempo.