El blog d'en Joan Ferran

26.1.06

M'agrada el to irònoc de l'Ernesto Sánchez Pombo...


En aquellos tiempos que tanto añoramos, en los que hablábamos catalán en privado, tuvimos que recoger velas y prescindir de Alex Vidal-Quadras porque nos resultaba demasiado rojigualdo y nosotros queríamos que fuese más nacionalista. Para entendernos, un poco más tirando a Pujol. Ahora que ya no hablamos catalán, ni en público ni en privado, y que por no tomar no tomamos ni cava, nos ocurre lo contrario: que Piqué nos resulta demasiado nacionalista y nosotros queremos que sea más rojigualdo. Más tirando a Ibarra que hacia otra cosa. Es difícil de explicar, y más difícil de entender, pero esto es lo que hay. Y no sólo esto, todo lo que no tiene cierta lógica resulta difícil de explicar y de ser comprendido. Por ejemplo, cómo el líder de un partido puede dar la razón y respaldar a un dirigente que expresa una opinión y al mismo tiempo respaldar también a otro dirigente que lo descalifica. Cómo el líder del mismo partido avala dos posiciones contrapuestas, con el mismo desparpajo con el que anuncia iniciativas absolutamente inútiles, a sabiendas de que son imposibles. Porque desacreditar y oponerse a un texto que recoge aspectos que uno mismo ha propuesto y que está más cerca de lo que uno mismo piensa que de los adversarios nacionalistas es también difícil de explicar. Como lo es anunciar una recogida masiva de firmas para apoyar unas pretensiones cuando vilipendiamos a otros por querer hacer lo mismo. O proponer la celebración de un referéndum sabiendo, como se sabe, que no sólo es anticonstitucional, sino que es imposible y que además no se va a celebrar. Es bueno adquirir poco a poco en la vida la conformidad de no comprender nada. Lo decía Maurice Maeterlinck, belga, dramaturgo y Nobel. Puede que sea así, pero nos cuesta un montón acostumbrarnos a los disparates.
Ernesto Sánchez Pombo