El blog d'en Joan Ferran

4.10.08

CiU TIENE PROBLEMAS



Montilla y Arquímedes

Han pasado ya tres días desde la celebración del debate de política general en el Parlament de Cataluña y los artículos, declaraciones y comentarios más frecuentes siguen girando alrededor de la financiación. Sí, cada cual interpreta la partitura como le place, tañe la lira y oye la música según conviene a sus intereses. No hay nada de malo en ello; cierto, puesto que la justificación de toda táctica política, y de su correspondiente discurso, precisa de razones para poder ser enarboladas como particulares, como objeto de diferencia. Singularidad, esta, que permite argumentar que uno está en lo cierto y los demás yerran en sus pretensiones. Natural como la vida misma todo ello. Ahora bien, el único inconveniente que conlleva esta actitud deviene cuando se produce el choque con la realidad, con lo tangible, lo cuantificable, lo serio. Habrá que aguardar un tiempo para oír la interpretación definitiva de la partitura estatutaria y eso ocurrirá cuando se ubique sobre la mesa el “no va más” el “lo tomas o lo dejas”. Allí, y no ahora, será cuando podremos ponderar la naturaleza real y no aparente de cada cual, la capacidad de obtener, de lograr. Y -permítanme que lo diga sin rubor- visto lo visto hasta el día de hoy es el Presidente José Montilla el que mejor ha movido sus piezas. Su cálculo es inteligente. Los demás en este tema, perdónenme, han abusado del presing y del bla bla bla.

Pero por encima de esta serie atropellada de consideraciones es de justicia afirmar que la resolución unitaria, aprobada por el gobierno y la oposición convergente, confiere al ejecutivo catalán fuerza y solidez de cara a la negociación con el gobierno de Madrid. Ahora toca negociar con firmeza, rigor y discreción. De acuerdo, pero debemos ser conscientes que más allá de la financiación hay vida y preocupaciones ciudadanas de otro tipo. ¿Se imaginan ustedes, por un momento, que el Presidente no hubiera hablado de la situación económica o qué hubiera obviado la crisis? Afortunadamente no ha sido así y el Parlamento catalán aprobó resoluciones instando al gobierno a la aplicación de medidas inversoras y de estímulo productivo destinadas a la lucha contra el paro. También se acordó garantizar la cohesión social desarbolando, así, cualquier intento de criminalizar a los segmentos socialmente más débiles y frágiles de la población. Montilla diagnosticó y describió la crisis en toda su magnitud. Instó a los ciudadanos a arrimar el hombro y las propuestas de su gobierno se concretaron en el papel. Están listas para ser aplicadas.
Hasta aquí este escrito ha consistido en una rápida y abreviada descripción del debate de política general. Pero allí hubo más cosas. Y a ese respecto quisiera plantear una cuestión que se me antoja relevante, que viene acaeciendo desde hace meses y que se manifestó con nitidez en el discurso de Montilla: El Presidente de la Generalitat se está apropiando sin complejos del relato pujoliano, de conceptos que Artur Mas creía haber heredado pero que, hoy en día, ante los ciudadanos, encarna con mayor solvencia José Montilla. Jordi Pujol gustaba glosar, como elementos definitorios del éxito catalán, el trabajo, la seriedad, el esfuerzo, el rigor, la mesura y la perseverancia. Hoy José Montilla no solo se ha apropiado verbalmente de ese discurso, sazonándolo con sus políticas de corte social, si no que él mismo, como persona, encarna la mesura en el verbo, el trabajo paciente y la exigencia. La puesta en escena de estos conceptos en la intervención que efectuó el President el primer día del debate, motivó desasosiego en la bancada convergente. Celoso, Artur Mas, no fue capaz de encajar y positivar el tema. En su réplica jugó a la amonestación afirmando que Montilla copiaba el viejo guión de Jordi Pujol. Craso error. Convergencia aún no se ha dado cuenta que en la política catalana se está experimentando una variante del principio de Arquímedes. Como ustedes saben muy bien el susodicho principio afirma que: todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje vertical igual al peso del fluido desalojado. En el escenario catalán los errores, la deriva discursiva, los ribetes soberanistas de CiU la ha llevado a abandonar la centralidad política que fue característica de Jordi Pujol, Ese espacio es ocupado cada día con mayor intensidad por Montilla. Le empuja hacia arriba al tiempo que desaloja, y aparta, a CiU de la posibilidad de volver al poder. Y eso ocurre más allá de que su dirección escenifique, o no, una apuesta por la unidad en la negociación con el gobierno español.
Joan Ferran . Publicado en "El Mundo"