OBSERVACIONES COLATERALES PARA UN CONGRESO
A pocas horas de la celebración del 12º congreso de los socialistas catalanes no será el que firma este artículo quien escriba en estas páginas, qué hacer y hacia dónde ir. No, esa tarea lleva tiempo gestándose y discutiéndose en las ponencias, en las enmiendas de los delegados y las aportaciones de los que han decidido participar en el proceso congresual. A fin de cuentas serán los debates, y sus subsiguientes votaciones, las que van a marcar, a la nueva dirección del PSC, el camino a seguir. No obstante, y al hilo de lo publicado y oído recientemente, avanzar algunas puntualizaciones colaterales puede servir para que nadie se lleve a engaño, para que la confusión no prenda entre los votantes y simpatizantes de la opción socialista. Ahí van:
1ª Los congresos no son pródigos en soluciones inmediatas ni en curaciones milagrosas. Si alguien sueña con una fórmula magistral para “desfacer entuertos” y conseguir la mirada benevolente de las multitudes enojadas anda equivocado. La política actual se halla inmersa en una atmosfera irrespirable que precisa un cambio en profundidad. Ese cambio, en el caso de lograrse, no repercutirá automáticamente, de forma inmediata y positiva sobre la ciudadanía. El proceso promete ser lento, requiere su tiempo. Para recuperar un cierto nivel de credibilidad será necesario mucho trabajo constante, claridad en los proyectos, un lenguaje claro, entendible y basado en valores… Y mucha pedagogía.
2ª El etiquetaje oportunista (más catalanista, más izquierdista, más…) no es garantía, a los ojos del personal, de solvencia ni genera confianza añadida. Las angustias y problemas de los ciudadanos, en una crisis como la que nos aqueja, son de naturaleza más prosaica. Hemos podido comprobar como ante el tema –a mi parecer secundario– del famoso grupo parlamentario en Madrid, se puede transitar del rosa al amarillo en pocas semanas. Un congreso como el que se avecina no puede caer en un frívolo tacticismo cortoplacista.
3ª Varios son los precandidatos que optan a liderar una etapa nueva del socialismo catalán. Loable la pretensión. No estaría de más que todos, y cada uno de ellos, asumieran la parte equitativa que les corresponde de aciertos y errores, silencios y responsabilidades respecto a la situación actual. Todos los aspirantes son miembros de la dirección saliente y su ubicación en tan alto estamento no fue fruto del azar.
4ª Se precisa savia nueva. Evidente e indiscutible. Ahora bien, los ecologistas nos advierten de que las talas indiscriminadas y salvajes provocan desforestación y, tras ella, puede llegar un proceso de desertización irreversible. ¡Ojo al dato!
5ªLos deficientes resultados electorales obtenidos por el socialismo catalán en las últimas elecciones ha provocado que muchas críticas y observaciones, en estado latente durante largo tiempo, hayan salido a la superficie. Algunas de las exigencias que hoy enarbolan los grupos críticos del PSC ya existían a medianos de los años noventa. La nueva dirección, que surja del 12º congreso, debe tomar buena nota de esas demandas. A saber: Tomar conciencia de que la sociedad ha cambiado; que las clases sociales respiran distinto y que las nuevas tecnologías impulsan otro tipo de comunicación y relación entre las personas. Los ciudadanos quieren más democracia, más participación y transparencia. Los partidos tienen el reto, ante sí, de abrirse a esas nuevas necesidades. Los valores dan sentido a la política y estos han de volver a ella por encima del pragmatismo de la gestión y la dictadura de lo políticamente correcto. Y, por ultimo: Un sentimiento de rebeldía inconformista palpita en la sociedad. El congreso de los socialistas debe prestar atención a ese fenómeno, genéticamente no le es ajeno.
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