El blog d'en Joan Ferran

5.4.13

SEÑOR MAS, APLIQUESE EL CONSEJO DE ORTEGA









MAS: ENTRE LA EMERGENCIA Y LA MORATORIA





Aunque las novelas policíacas de Petros Márkaris sean una excelente medicina para evadirse -con rabia- de este mundo cruel, también conviene releer de vez en cuando a los clásicos griegos. Sus escritos contienen toneladas de sabiduría, ideas y sugerencias susceptibles de endulzar y encauzar nuestra vida cotidiana. A muchos de ellos les tocó vivir épocas plenas de turbulencias, tanto en el ámbito de la política como en el bélico. Filosofaron al respecto y dejaron para la posteridad un ingente legado. Los clásicos están ahí, en los libros, aguardando que estudiantes y estudiosos desempolven sus poemas, citas o tragedias para deleite del personal.
Se preguntarán ustedes el porqué de tanta referencia a personajes pretéritos. Verán: hace días que oigo decir al Presidente de la Generalitat catalana que el país está en fase de emergencia económica y en el alero su supervivencia como autogobierno. También observo como reclama el auxilio de otras fuerzas políticas para conseguir consolidar posiciones ante el gobierno de Madrid. Incluso creo intuir que ha tentado a la verdadera oposición para que entre a formar parte de un ejecutivo catalán de concentración. Pues bien, todo ello me parecería legítimo y loable si viniera acompañado de decisiones valientes, a la altura de la ‘emergencia’ que airea el President. Pero no es así. Si acordamos, semánticamente, que una emergencia es un suceso imprevisto que debe solucionarse con rapidez, convendrán conmigo que será necesario activar un protocolo de urgencias para el caso en cuestión. ¿De qué tipo? De priorización de acuerdos y actuaciones, intentando aislar el problema principal –los efectos de la crisis- para conseguir recursos económicos y un consenso político y social, lo suficientemente amplio, para votar unos presupuestos e intentar salir del agujero.
Dicho de otra manera. Generemos acuerdos para resolver lo que de forma acuciante inquieta y apura a los ciudadanos (servicios, paro, crisis…) y más adelante quien lo desee que rice el rizo. Desde esta perspectiva creo que Artur Mas debería tomar en consideración la posibilidad de una moratoria para determinados aspectos de su programa político. Una moratoria no es un desentenderse ni una traición es, simplemente, una opción para gobernar satisfactoriamente el presente. Mucha gente sensata de CiU también lo ve así.
La Vicepresidenta, Joana Ortega, reclamaba aparcar el partidismo y "trabajar por el bien del país". De acuerdo, pero si alguien ha de mover ficha en primera instancia este alguien ha de ser el Govern de la Generalitat. Recapacitemos todos por favor.
Volvamos a los clásicos aprovechando que está de moda emular a Odiseo. Dicen que Eurípides llego a odiar a los políticos tanto como alguno de nuestros 15 M actuales. Su poesía y sus tragedias contienen multitud de frases y sentencias, ahí va una de aplicación para nuestros gobernantes:
“Guárdate las palabras, déjate de locas amenazas y templa el ánimo, hay que acomodarse a los tiempos”
Pues eso President