SI...
No voy a perder el tiempo hablando de una consulta y de una pregunta doble que no se hará. Para esa literatura ya están en marcha unos determinados medios de comunicación públicos y otros privados. Tampoco voy a derrochar tinta criticando a aquellos que, abducidos por el discurso dominante del nacionalismo, medran intentando que el resto de los mortales nos sumerjamos en la ilógica lógica de los Mas y los Junqueras. No pienso mentar ni a resentidos ni a tránsfugas; ni a los que necesitan bañarse cada día con el agua bendita del patriotismo. Eso sí, me congratulo y celebro que el socialismo catalán haya marcado su terreno de juego diciéndoles a PP y C’s que no juega al inmovilismo y a la troupe de la estelada que no se puede engañar al personal; que no vale jugar al todo o nada, que el maniqueísmo es mala cosa, que no todo se reduce al blanco o negro…
El 2014 está a punto de nacer y en él morirán –con el beneplácito de ERC y el diletantismo de IC- un montón de beneficios sociales hijos del Estado del Bienestar. Algunos intentarán prolongar sine die la polémica de la consulta, la naturaleza de la pregunta y los enfrentamientos institucionales. Probablemente logren y consigan versionar el monotema hasta que expire el tricentenario y estén suficientemente musculados electoralmente para no fenecer de vergüenza. Las reglas del juego permiten ese tipo de políticas tan poco patrióticas y tan proclives a dinamitar la cohesión social. Pues bien ante este panorama un servidor de ustedes cree que la izquierda, las izquierdas, deben ir a lo suyo. A saber:
1º Desenmascarar la trampa saducea del debate sobre la consulta.
2º Denunciar las políticas regresivas y antisociales de los gobiernos conservadores.
3º Plantear a medio plazo las reformas constitucionales que el país precisa tanto en el terreno social como en el territorial.
La ofensiva conservadora intenta avanzar en todos los frentes. Lo intenta recortando derechos individuales con sus leyes ‘mordaza’. Lo persigue profundizando en el terreno de las reformas laborales y la precarización del mercado de trabajo. En Catalunya la regresión conservadora se oculta tras los sentimientos y las banderas. Algún obtuso preboste convergente se atreve incluso a emplazar a los socialistas para que ‘no engañen a sus votantes’ y se plieguen así a las exigencias de Artur Mas. Yerran, deberían saber que más allá de las corrientes de moda, y las encuestas, aún sobrevive en algunos políticos la capacidad de discernir entre lo correcto y lo que no lo es tanto.
Momentos los presentes para recordar a Rudyard Kipling cuando nos decía:
‘Si en tu puesto mantienes la cabeza tranquila cuando a tu lado todo es cabeza perdida. Si en ti mismo tienes una fe que te niegan…’.
Pues eso: No te arrugues PSC
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