LOS CÉSARES Y SUSANA
Sé que estas líneas que vienen a continuación no van a ser del agrado de alguno de mis colegas. Soy consciente también que, con intención perversa, pueden ser usadas políticamente como arma arrojadiza. Todo ello lo sé. Ahora bien con el paso del tiempo, y con la que está cayendo, uno, por honestidad intelectual, se ve obligado a decir aquello que piensa y a defender aquello en lo que cree.
He leído, no sin cierta sorpresa, las apreciaciones y críticas que ha formulado Susana Díaz acerca de ‘Podemos’ y Pablo Iglesias. Sinceramente he de decir que no las comparto. Creo, incluso, que la presidenta andaluza confunde la diana a la que es preciso apuntar para dar en el blanco. Siempre he pensado que un buen político es aquel que, observando la realidad circundante, es capaz de interiorizar, elaborar y dar salida positiva a los anhelos de la ciudadanía. El buen político es aquel que, por encima de los legítimos retos electorales de su partido, antepone el interés general; es aquel que actúa dotado de la ‘auctoritas’, de legitimidad moral. No es de recibo discutir acerca de quien está más ubicado a la izquierda cuando se ha viajado infinidad veces hacia el centro sin retorno y haciendo de la ambigüedad una virtud. No me parece cosa buena arremeter contra la habilidad de aquel, o de aquellos, que han sido capaces de retratar la realidad política del país, las preocupaciones de los ciudadanos y las miserias y corruptelas de algunos personajes públicos. Las cosas son así y han de ser abordadas en toda su magnitud caiga quien caiga.
Catalanes y españoles ya no somos párvulos en democracia. Sabemos detectar el tufillo populista y la demagogia de los mercaderes de sueños. A mi modesto entender ‘Podemos’ es un galeno que acierta en el diagnóstico pero yerra en el remedio. Aun así, merece mi más profundo respeto porque me ha demostrado – más allá de sus padrinos mediáticos- que en España hay interés por la política cuando esta es valiente, descarada y decidida. Cuando un considerable número de ciudadanos –según las encuestas- dan un paso al frente, intentando convertir su cabreo en voto, se está reforzando el sistema democrático.
Comprendo que ‘Podemos’ complica la vida, electoralmente hablando, a más de uno. Acepto que se critique el ‘buenismo’ y los brindis al sol de algunas de sus recetas. Ahora bien, polemicemos y no anatemicemos, estamos en el mismo camino…
Y respecto al cesarismo…Quien esté libre de cesarismo, o bonapartismo, que tire la primera piedra.
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