El blog d'en Joan Ferran

23.11.14

IGLESIAS, GRAMSCI Y BLAS DE LEZO....







Los amantes de la Helioterapia nos cuentan que el sol mejora el ánimo, estimula las defensas del organismo y alivia el dolor. Un cuerpo bronceado nos parece, al menos a primera vista, algo más saludable que otro pálido y cetrino. El sol, el vino tinto y mil placeres más tomados con moderación y en dosis adecuadas son beneficiosos para alegrar la vida a los humanos. La recomendación de prudencia en el uso de las cosas es susceptible de ser aplicable a otras esferas de la vida cotidiana. La política es, sin lugar a dudas, uno de esos ámbitos donde es aconsejable la mesura y el tiento.
Leo que el partido del nuevo Pablo Iglesias, Podemos, ha decidido reducir drásticamente sus apariciones en los medios de comunicación. Peligro. Lo ha hecho enojando a alguna de las grandes cadenas con las que había adquirido compromisos. No voy a valorar el hecho en sí, pero sí sacar de ello una moraleja que diga: la sobreexposición a la pantalla y a los medios de comunicación inicialmente puede embellecer pero, a la larga, los defectos ocultos se hacen evidentes y los percibe el ciudadano.
 
Otro tipo de excesos más sutiles, pero no por ello menos incongruentes, son los que nos depara la lectura de la prensa. Fíjense: a un grupito de concejales barceloneses, ninguno de ellos historiador, le ha dado por dinamitar la estatua que se erige en Madrid a mayor gloria de Blas de Lezo. Dicen que este guipuzcoano bombardeó la ciudad condal en 1714 durante la Guerra de Sucesión. Cierto, aunque también lo hizo años más tarde el general Prim pero este no cuenta porque era de Reus… Poco les importa a los dinamiteros municipales que prestigiosos catedráticos de historia les digan que eso, en pleno siglo XXI, es un sinsentido. Ellos se erigen en patrióticos autoreparadores de los desaguisados del pasado. Patético. Como patético es oír a Duran Lleida citar innumerables veces a Antonio Grasmci en un acto político destinado a parir una criatura destinada a ocupar el “Centro” político catalán.
Por cierto, se han fijado ustedes que tras la crisis y la mengua de los viejos partidos las nuevas formaciones que surgen adoptan nombres ambiguos en base a formas verbales como “Guanyem”, “Podemos” “Avancem”, “Construim”… Todo un exceso. Como también lo es el pánico –para mí teatral- que dicen sentir muchos empresarios ante el auge del grupo que lidera Iglesias. ¡Venga ya! No exageren.
 
Mejor sería que se dedicaran a reeducar a Mariano Rajoy mediante el arte de la práctica democrática, no vaya a ser que entre él y Mas se despeñen y arrastren a Cataluña y a España tras ellos.