EL MASOVERO DE GIRONA Y LOS SUPERVIVIENTES
Al iniciarse la anterior legislatura alguien tuvo la osadía –o la prepotencia- de adjetivar al gobierno de Artur Mas como el ‘dels millors’. No les extrañe a ustedes que, visto lo visto estos últimos meses, algún articulista se atreva a calificar al ejecutivo que hoy encabeza Puigdemont como el del masovero y los supervivientes. El masovero explota y cuida la finca hasta el regreso del amo ausente dedicado a tareas de refundación; mientras tanto, los supervivientes ocupan sus parcelas a la espera de tiempos mejores.
Y es que amigos míos esto del gobierno de Cataluña es de risa. Aquí se han rifado las consellerias como si nada. Lo han hecho, no con criterios de idoneidad y conocimiento del ramo sino de reparto partidista. Seamos sinceros. El señor Mas Cullell sabía de economía; sospecho que Oriol Junqueras no sabe tanto pero sigue ahí, al acecho. Fatal. El gran privatizador, Boi Ruiz, vivió un montón de años inmerso en el mundo de las batas blancas y los quirófanos. Es muy probable que el amigo Toni Comín no sepa lo que es un apósito de alginato. Honrosas excepciones las hay en el nuevo ejecutivo, lo sé. Santi Vila entiende de cultura y Jané es un tipo serio a pesar que le hayan robado la cartera con la retirada de los procesos judiciales a los alborotadores. Rull fue el fontanero de Puig y algo aprendió pero poca cosa más…
Sí, este gobierno es el del masovero de Girona, los supervivientes y los expectantes de ERC. La eterna aspirante al trono de L’Hospitalet, Meritxell Borrás, es el paradigma del clásico ‘culo di ferro’ parlamentario sobre el que algunos pretenden refundar CDC. Otro tanto son Turull y Coromines.
Para complementar este panorama tan excitante la vicepresidenta Neus Munté ha anunciado unos cuantos nombres del sotagoverno. Poca cosa a destacar al respecto a no ser que, en un ataque de maldad, pongamos el foco en los cargos otorgados a tránsfugas y conversos.
Lo dicho: El gobierno del masovero y los supervivientes ha echado a andar con unos índices de solvencia y calidad inferiores a los de los gobiernos de Jordi Pujol y del Tripartito.
Paciencia, en Cataluña las legislaturas últimamente duran muy poco.
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