CAMALEONES Y CONVERSOS
CONVERSOS EXPRÉS
Me explicaré. Puedo entender que mediante la reflexión una persona, o un colectivo, pongan en tela de juicio creencias y planteamientos asumidos como propios a lo largo del tiempo. La sociedad es dinámica, los problemas y las vivencias cotidianas tanto pueden alentar pasiones como enfriar sentimientos, lealtades políticas o creencias filosóficas. Es tan humano evolucionar en el terreno del pensamiento hacia los extremos como sumergirse en el escepticismo de los descreídos. Lo que ya no es tan comprensible son las conversiones exprés. Sí, esas que permiten a un comunista, o socialista, devenir un conspicuo nacionalista; o aquellas otras que hacen de un neoliberal de toda la vida un anticapitalista con rastras. Pero allá cada cual con su conciencia y su dignidad. Más espectaculares aun y poco edificantes me parecen las conversiones exprés de ida y vuelta. Si señores, las hay tanto a nivel individual como a nivel de instituciones y grandes medios de comunicación. Algunos que hace cuatro días compraban alborozados pasajes para Ítaca hoy los anulan a causa de las ‘inclemencias’ del tiempo. Otros que daban por finiquitada la posibilidad de dialogar, hoy suspiran camino de Madrid por una mesa de negociaciones. La historia nos alecciona e ilustra. Les recomiendo encarecidamente el libro de John Dickie sobre la Historia de la Mafia. Su autor nos cuenta cómo la Camorra napolitana practicaba ya en el siglo XIX las conversiones exprés de ida y vuelta. Los “Camorristi” estuvieron en connivencia con los Borbones en contra de los patriotas liberales y Garibaldinos, y luego con los Garibaldinos contra los Borbones. Más allá del heroísmo de Garibaldi, la política para ellos era un medio para lograr sórdidos fines. Tomemos nota. Basta con echar una ojeada a nuestro alrededor para poder enumerar a los que –de ida o de vuelta- cada día caen del caballo camino de Damasco.
<< Home