MANI Y ‘JUNTS PEL SI’
Deseo con todas mis fuerzas que concluya esta campaña electoral. Es tal el cúmulo de despropósitos que oigo en boca de algunos candidatos a ‘president’ que temo por la buena salud mental de la ciudadanía catalana. No es de recibo afirmar, como lo ha hecho Raul Romeva, que España es beligerante contra Cataluña. No lo es. A lo sumo uno podría aceptar que el gobierno de Mariano Rajoy maltrata, con sus medidas recentralizadoras, la autonomía catalana. Pero, señoras y señores, España no. España es, afortunadamente, un país diverso y plural con talantes y gentes de todos los colores. Créanme, el maniqueísmo simplón de ‘Junts pel Sí’ no tiene parangón y si mucha tele pública. Poco rigor y escasa elegancia la del ex ecocomunista-tapa recortes al arremeter contra el concepto ‘España’.
Maniqueo también el presidente de la Generalitat que ha dejado de comportarse con la dignidad, que teóricamente le confiere el cargo, para revolcarse en el lodo replicando a Pablo Iglesias, comparándolo a la extrema derecha y a Aznar. Se oye decir: ‘O yo o el diluvio, o con el ‘sí’ o con Aznar’. Penoso. Un Artur Mas reencarnado en Mani atemoriza a los ciudadanos diciéndoles que de no triunfar su opción: ‘nos pasaran por encima…’ Patético. A partir de esos argumentos, siempre según Romeva, los que nos van a arrollar no son otros que ‘los españoles’. Dramático.
Si señores, deseo que acabe esta campaña electoral porque más allá del bailoteo de Iceta, y las sensateces de Espadaler, todo lo demás se me antoja hosco y maniqueo; todo es blanco o negro y sin tonalidades. Artur Mas juega a los contrarios y sin matiz. Su actitud es la antesala de la jubilación forzosa que le preparan los suyos. Eso sí, antes de que le perdamos en el Averno en el que mora Pujol, aun le queda el bálsamo que destilan los escritos maniqueos de su apologeta Pilar Rahola.
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