ADA: ¿Y POR QUÉ NO DURRUTI?
El postureo está de moda. Sí, el denominado postureo es una pose y una toma de decisiones de cara a la galería para dar que hablar, para buscar el aplauso y las muestras de aprobación de la ciudadanía. Hay postureos para todos los gustos. Lo hay de derechas y de izquierdas, lo hay monárquico y lo hay republicano e independentista. Uno gusta fulminar en los ayuntamientos los bustos y las imágenes de los borbones; el otro repone, en su lugar, unas fotografías y cuadros del monarca y su familia. Eso sí, ambos actúan bajo la luz de los flashes y la mirada, entre expectante y divertida, de los chicos de la prensa.
Sí señores, se ha abierto la veda y el nomenclátor callejero deberá superar la prueba del algodón. Por lo que respecta a las dinastías uno no sabe si la limpieza afectará tan solo a los Borbones o si se verán afectados también los Austria, los Saboya y los condes de la Marca Hispánica… ¿Qué suerte correrán los blasones, las estatuas ecuestres y las esculturas de guerreros o mártires? ¿Se mantendrán las calles y plazas con el nombre de conquistadores, inquisidores o almogávares? Vayan ustedes a saber. De un tiempo para acá todo es tan posible como fácilmente reversible en esta ciudad.
El que suscribe estas líneas también quiere apuntarse al postureo. Solicito formalmente, a la alcaldesa Ada Colau, que la Vía Layetana recupere el nombre que, el 1 de julio de 1937, le asignó el ayuntamiento republicano de la ciudad en homenaje a Buenaventura Durruti, muerto en el frente de Madrid el 20N de 1936. Solicito, también, sea restituida una placa idéntica a la que en su día se ubicó en su honor esculpida por el artista Enric Boleda. La denominación Vía Durruti estuvo oficialmente vigente hasta que las tropas golpistas del general Franco tomaron la ciudad…
Pero claro, soy consciente que los que practican el juego del postureo lo hacen dentro de unos cánones. Un servidor de ustedes sabe que entre la gente de orden de derechas – y también entre la de izquierdas con tics autoritarios- esto de homenajear a personajes como Buenaventura Durruti no procede ni estética ni políticamente. Mucho postureo con la Memoria Histórica de marras pero algunos olvidan la multitudinaria manifestación de masas que tuvo lugar con motivo de su muerte… pero, claro, Durruti era libertario y no autoritario.
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