A RAHOLA LE PASA ALGO
A Pilar Rahola le ocurre algo. O no lleva bien el tema del ‘procés’ o no digiere con sabiduría el paso del tiempo. Se altera y excita más allá de lo que en ella es habitual o fingido. Agita ostentosamente los brazos, grita hasta desgañitarse, impide que sus contertulios hablen y últimamente incorpora la escatología a su argumentario. “Tenim una merda de polítics” dijo recientemente.
A Pilar Rahola le ocurre algo. Algunos dicen que aún no ha digerido el veto de ERC a su inclusión en las listas de Junts pel Sí. Otros ven en el ocaso de Artur Mas la razón de sus inquietudes. A la biógrafa-apologeta del president la descompone tener que escribir un epílogo triste dedicado al desmoronamiento del imperio del 3% y de su última autoridad.
A Rahola le ocurre algo y vayan ustedes a saber qué es. No nos equivoquemos, Pilar vive del show -contra más histriónico mejor- de la disputa y de los enfrentamientos gratuitos. Arremete contra todo con tal de elevar los índices de audiencia y dar que hablar, y así seguir viviendo dentro de la burbuja del espectáculo. El dirigente de la CUP, Antonio Baños, dijo de ella: “Rahola es basura rellena de ignorancia y pomposidad”. Tanto Ana Pastor como Miguel Iceta han demostrado que miente compulsivamente. El grotesco espectáculo protagonizado por Pilar Rahola en el programa de Cuní es el paradigma del mal gusto y de la falta de respeto hacia los demás. Rahola pontifica, juzga, reparte sentencias, castiga y perdona. Va de diosa inmaculada, de columnista en posesión de la verdad, de diva mediática y asesora áulica de un president que ya no es. Va de eso y mucho más, pero cada día que pasa lo más obsceno de su caricatura diluye la imagen de lo que en un día fue: una política que amaba a los animales, una chica que escribía bien. Una pena.
<< Home