El blog d'en Joan Ferran

13.9.16





¿UN CATALANISMO DE CENTRO LIBERAL? 


Decía Norberto Bobbio en sus ‘Ensayos sobre el fascismo’:
 ‘Si el consenso es unánime quiere decir que no es libre. El consenso libre se expresa individualmente y es el de un ciudadano de un país democrático cuando va a depositar la propia papeleta electoral en la urna. La aclamación de la multitud en la plaza nunca fue una manifestación de consenso democrático’ 
 El político y filósofo turinés sostenía que, en la calle o la plaza, el que aclama no es el individuo considerado por sí mismo, sino el individuo como parte de la multitud y, consecuentemente, el verdadero sujeto de la aclamación no es el individuo sino la multitud. Sirva, pues, esta pequeña reflexión para los idolatras de las manifestaciones multitudinarias de toda índole. El ruido de las muchedumbres en la calle –en muchos casos justificado- ha tensionado el cosmos de la política hasta hacerlo estallar, saltar en mil pedazos. La fragmentación electoral y partidaria es una realidad tangible y sus consecuencias también. Hay serias dificultades para conseguir mayorías parlamentarias estables, para formar gobiernos… El chantaje de los ‘decisivos’ es una evidencia y el intercambio de cromos entre adversarios una realidad vergonzosa. Pero la democracia es así, con defectos y virtudes.
 España y Cataluña dormitan en una sala de espera donde la gesticulación importa más que el hecho concreto, donde la polarización ocupa el espacio que deja vacio el sentido común y la razón de estado. Con la huida hacia adelante de la vieja CiU el centro catalanista ha quedado huérfano. Uno de los dramas del país ha sido, y es, la desaparición de ese centro pactista a caballo entre la socialdemocracia y el pensamiento liberal. Se echa a faltar, al igual que se echa a faltar un PSC más vigoroso. Sin embargo, cuentan los bien informados, que algo se mueve en sectores de JuntsXSí desencantados y hastiados de tanta aventura sin norte y compadreo con los anticapitalistas de la CUP. Afirman que antiguos miembros de Unió y de CDC están por la labor de reconstruir políticamente un centro catalanista sin veleidades independentistas y con una cierta dosis de sentido común. Cuentan que el ex conseller Fernández Teixidó está ahí, bregando, flanqueado por los ex diputados Muntañola y Cima entre otros. Me alegro de ello y creo que muchos ciudadanos participes de ese ámbito ideológico –y que hoy no saben en quién confiar-lo agradecerán. Las bisagras políticas son buenas y necesarias para la democracia.