SEÑORA COLAU, BAJE AL ANDÉN
Y van diez camino de once. Sí, diez lunes consecutivos en los que el sufrido ciudadano del Área Metropolitana de Barcelona resiste calores, apretujones y llega descompuesto al trabajo. Y van diez y nada se mueve en el puesto de mando institucional. Solo se advierte una defensa numantina de la gestión negociadora protagonizada por Mercedes Vidal, presidenta de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB). Poca cosa más y algunas expresiones de supuesta perplejidad en boca de la alcaldesa Ada Colau.
No pretendo discutir, ni valorar, las mejoras laborales que a lo largo de estos años ha puesto la empresa sobre la mesa de negociación, con la intención de facilitar la firma de un convenio colectivo justo y equilibrado. Seguro que las hay, pero los sindicatos juegan su rol reivindicativo y piden acabar con las externalizaciones y las precarias condiciones laborales de los empleados temporales. Lógico, éste es su papel y no otro. Al fin y al cabo, lo que hacen, no es más que recoger ideas y propuestas que, antaño, los hoy portavoces de la empresa blandieron desde su vieja trinchera asociativa pergeñada de discursos anti sistema. Observen, nos hallamos ante la clásica paradoja de contemplar a los pirómanos sociales de ayer, intentar ejercer hoy de bomberos…
La situación de huelga intermitente en el metro barcelonés cada vez es más insostenible. Para rematar el caos en movilidad ha entrado en conflicto el Bicing y los taxistas preparan un buen sarao para fin de mes…
El ciudadano está cansado de tanta inoperancia. Los grupos de la oposición municipal critican la parálisis, piden responsabilidades y es natural que así sea. Cuando la torpeza negociadora impera, el adversario político se lanza a degüello. Intuye que el socio socialista, aunque silente, también anda enojado e incómodo con el tema. Conviene decirlo con claridad: la señora Mercedes Vidal no resuelve sino que eterniza. Para gestionar correctamente una ciudad no basta con poseer un extenso currículo de luchas vecinales, ni atesorar un montón de másteres en ecología urbana. No, hace falta algo de cultura de gobierno y eso no se obtiene en cuatro días -lo sé- pero el ciudadano espera que la bisoñez del novato sea corregida por la ‘sabiduría’ de la que ostenta el liderazgo. Si la señora Vidal naufraga en este tema recurrente de los lunes, quizás ha llegado la hora de que la alcaldesa Colau baje al andén, tome la palabra, negocie y seduzca a los huelguistas con su propuesta.
Hay enfado ciudadano. Son ya muchos los temas encallados que no se solucionan y demasiados los frentes abiertos sin que se adivine un proyecto de ciudad. Gobernar es algo más que ir tirando, posar y reivindicar. Urge bajar al andén.
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