Y AHORA... JOANA ORTEGA !
Los post convergentes andan preocupados. Las encuestas no les son propicias y el pánico se ha desatado entre sus filas. Cataluña, electoralmente hablando, les preocupa pero Barcelona también. Los últimos sondeos aparecidos en prensa les sitúan en los límites de la insignificancia y no se aprecian síntomas de desgaste alrededor de la figura de Ada Colau. Respecto a las otras fuerzas en liza todo sigue prácticamente igual -con vasos comunicantes, eso sí- pero en negativo para las aspiraciones del PDECAT.
Así las cosas han comenzado a correr las quinielas y las prisas. Ante la mirada atónita de Joaquim Forn, el versátil Ferran Mascarell coquetea y se insinúa; Santi Vila se deja querer desde una medida heterodoxia y, Joana Ortega, les mete prisa a los jueces para quedar limpia de inhabilitaciones asesinas… Visto tanto movimiento, si el PDECAT aspiraba a vertebrar una candidatura con discurso e imagen renovadora está fracasando en su intento. Todos los nombres que se barajan llevan incorporados el estigma de las viejas políticas y de un pasado no exento de máculas. Incluso, si la opción adoptada fuera la de la política-espectáculo, vía Pilar Rahola, convendrán conmigo que la cosa es más de lo mismo con la incorporación de griterío tertuliano y follón.
No me negarán ustedes que en este país la relación de los políticos con los tribunales no da para escribir un libro de anécdotas hilarantes. En Cataluña un miembro de la Mesa del Parlament se chiva de sí mismo, lo empuran, se hace feliz la foto como víctima y luego se queja de la arbitrariedad judicial; aquí un juez, metido a agitador activista, confecciona listas negras de jueces y tan tranquilos; al unísono un cantante jubilado conmina a los funcionarios a obedecer o…
Pero el caso de la señora Joana Ortega me sorprende particularmente. La consideraba ideológicamente próxima, o afín, a los Muntañola, Riera, Fernández Teixidor, pero jamás al neo republicanismo de Marta Pascal y sus muchachos. Siempre pensé que la ex vicepresidenta se metió en líos por lealtad a Mas y solidaridad gubernamental y no por otras zarandajas -lo suyo era Unió y Duran- y que aprovecharía la ocasión para rebobinar. Pero no, parece que no va por ahí la cosa. La erótica del poder, cuando se ha probado, despierta un efecto llamada difícil de controlar. Quien quiera que sea que haya metido a la señora Ortega en este berenjenal le ha hecho un flaco favor, la ha asesorado mal. Las primarias desencadenan efectos colaterales que suelen ser crueles para los perdedores. Joana Ortega, como otros miembros de la denominada vieja política, creo que obvia las corrientes de fondo y las inquietudes de la nueva ciudadanía. En la actualidad el ciudadano es capaz de valorar los servicios prestados, e incluso manifestar simpatías varias o agradecimientos puntuales, pero también quiere ver al frente de las instituciones personas capaces que no sean tributarias del pasado, de sus dramas y sus errores. Lamentablemente las Ortega, los Mascarell y los Vila han sido compañeros de viaje de un buque con múltiples vías de agua que ha encallado.
En el PDECAT, como en otros lugares, urge un relevo en el puente de mando.
Mal vamos si en el cosmos post convergente no surgen otros signos de vida.
También publicado en e-noticies.cat
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