El blog d'en Joan Ferran

25.4.17

VAN A SACO






SÁNCHEZ Y LAS ZANCADILLAS ZAPATERAS 


 Pedro Sánchez está en excelente forma física. Lo ha demostrado recientemente en su visita a Cataluña. Tras una intensa jornada -en la que se prodigaron mítines, almuerzos y reuniones multitudinarias- corrió con relajo más de diez kilómetros en la Nocturna de la ciudad de l’Hospitalet. Terreno llano y viento a favor. Sí, pero lo cierto es que en el horizonte inmediato de Sánchez y sus partidarios no todo promete ser tan placentero como en la carrera celebrada en la ciudad barcelonesa. Al contrario, hay quien vaticina que, para él, las primarias de mayo van a ser una terrible prueba de obstáculos. Una competición con reglas del juego a gusto de terceros y árbitros poco ecuánimes e influenciables. Tiempo al tiempo. 

Afirma, en prensa, Josep Borrell que, entre los aspirantes a la secretaria general del PSOE, el único que enarbola un discurso con programa y proyecto es Pedro Sánchez. Y lo hace publicitando un texto que lleva por título: ‘Por una nueva socialdemocracia’. En él aborda, con nitidez, los retos estratégicos que debe afrontar el socialismo a escala europea. Con ello -argumenta Borrell- queda patente que en esta pugna por el liderazgo del socialismo español, el candidato mejor equipado y calzado, en el terreno de las propuestas, es Sánchez. Los otros contendientes han echado mano de la tautología, la retórica a la vieja usanza y las fotos con los santones. Poca cosa más si obviamos despropósitos como los de Zapatero cuando sostiene que el rechazo del PSC a Susana Díaz se debe a su condición de mujer y andaluza. Increíble, a la burda zancadilla zapatera le falta señorío y oficio.

 Pero sigamos con las trabas de fondo… Sin lugar a dudas uno de los principales obstáculos a salvar por los partidarios de Sánchez va ser el de inmunizarse contra el voto demandado desde determinadas estructuras institucionales u orgánicas. Ese voto ‘recomendado’, ‘inducido’ o ‘aconsejado’ puede oler a rancio, a dinámicas manipuladoras del pasado. El voto ha de ser fruto de una libre opción personal exenta de presiones y condicionantes. Es un acto individual que no contempla jerarquía alguna y, dadas las circunstancias, deviene una reivindicación de libertad y restablecimiento de lo justo. El discurso del miedo y la descualificación también revolotea sobre las primarias. Sus voceros vaticinan radicalidad, inestabilidad y crisis de todo tipo si vence el defenestrado en el Comité Federal. Barrera, la del desasosiego, a superar por el candidato Sánchez Castejón si quiere vencer con holgura. El antídoto contra los mensajes apocalípticos ha sido siempre la ilusión y el convencimiento de que lo que está por llegar es mejor que un presente triste rumbo a la decadencia. Preparémonos a interpretaciones sui generis –como las de Susana Díaz- acerca de las elecciones francesas. 
 Mucho cuidado. Alrededor de las primarias -en las de todos los partidos- pululan altruismos e intereses legítimos, cierto, pero también comodidades adquiridas y las aspiraciones de algunos burócratas y su corte de servidores. Inercias perniciosas estas últimas que llevan a la parálisis de los partidos, a aparatos orgánicos obsoletos y nepotismos varios. Este obstáculo no es cosa baladí. 
 Y para concluir el inventario de piedras en el camino, zancadillas zapateras, y jarrones Ming parlantes un par de consideraciones a tener en cuenta. Este combate de las primarias socialistas es cosa de dos. Se libra entre el viejo socialismo que ronronea entre los laureles del pasado y la savia nueva que pide paso. El ‘buenismo’ bien intencionado de Patxi López es respetable pero no tiene espacio, beneficia a los de siempre, fracciona lo emergente, no favorece el cambio. No es útil para los nuevos tiempos. Como colofón un aviso a navegantes: Pedro Sánchez y su gente se las van a tener que ver con la conjura de algunos de los prohombres del cuarto poder. Ojo, pues, con la literatura maléfica que destilan escribas a sueldo y también con la prosa perversa de algunos editoriales. 
 ¿Podrá el corredor de fondo vencer tantos obstáculos?