El blog d'en Joan Ferran

22.1.18

COSAS CLARAS EN EL PARLAMENT






¡AMORDAZAD A COSCUBIELA!


 Seamos sinceros, nos hallamos ante una situación de creciente fractura social atascamiento político e inseguridad jurídica. Tanto es así que, en Cataluña, lo que antaño se dio en llamar cortesía parlamentaria ha pasado a mejor vida. Las formas y los buenos modales se han perdido en aras de conseguir herir al disidente, al antagonista. Hoy cualquier cancerbero del inframundo amarillo -sección belga- negacionista del 3%, puede permitirse el lujo de vilipendiar gratis a adversarios políticos que han demostrado, a lo largo del tiempo, ser honestos, consecuentes con sus ideas y legales. La artillería pesada empleada por Jordi Turull en las redes sociales intentando desprestigiar a Coscubiela, por ejemplo, no es de recibo, denotan poca clase y mucha mezquindad. 
Pero aun hay más. También hoy cualquier avezado tránsfuga de ego superlativo, a la búsqueda de fajín institucional, se atreve a desprestigiar y subvalorar a políticos solventes -como Borrell- empleando el insulto o el desprecio. El hooliganismo histriónico de Germán Bel no tiene parangón. Era sabido que los decibelios de sus aplausos, tanto en sede parlamentaria como en actos de la coalición, herían el tímpano… Joan Coscubiela, Josep Borrell, Lluís Rabell y otros muchos se han atrevido a contar al mundo que el rey iba desnudo, que la liturgia del procés esconde una gran falacia, que sus héroes y valquirias morenas no están a la altura de las circunstancias, que las cuentas no salen y los cuentos son para echarse a reír. La reacción de los cancerberos del inframundo amarillo chillón ha sido tan desproporcionada como ruin. Que si la FAES, que si la indigencia intelectual y unas cuantas lindezas más han salido de las fauces nerviosas y desorientadas de los Jordi Turull y los Bel. Me dirán que no hay que dramatizar ni tomar en consideración las palabras necias y que a Rufián hay que darle de comer aparte. Cierto, pero lo hago más allá del hecho concreto y lo presento como síntoma de lo que acontece, por desgracia, entre algunos de los protagonistas de la política catalana. 
Dicen que Joan Coscubiela ha escrito un libro que, en breve, estará a la venta y en el que se analizan los porqués de tanto desvarío en tierras catalanas. Espero que sea tan autentico y didáctico como lo fue su intervención en sede parlamentaria durante el debate sobre la Ley de Referéndum. Les aseguro a ustedes que el bueno de Joan volverá a padecer sobre sus carnes la ira de los guardianes de la fe amarilla. Lo leeremos para romper mordazas.