AGUSTÍ COLOMINES Y EL M1-O
Ojo, no se confundan. Ya sé que de entrada a ustedes, visualmente, las siglas M1-O les sugieren algo parecido al M16, el servicio de inteligencia británico, o también el nombre de una guerrilla latinoamericana de los años setenta. Pero no, aquí no hay un intrépido James Bond a la catalana ni tampoco selva tropical. El M1-O (Moviment 1 d’Octubre) es la última creación/artilugio del ínclito Agustí Colomines i Companys creado con la misión de reclutar el ala más ‘enragé’ del legitimismo puigdemontista. Es un engendro político ideado para fastidio de ERC y desespero de la gente sensata del PDeCAT. Sus promotores manifiestan estar cansados de las dilaciones y dinámicas partidistas en el cosmos secesionista, proponen una unidad del independentismo de nuevo cuño y, para ello, proponen la creación de este movimiento.
En el registro del Ministerio del Interior, Jordi Ferrés y Colomines, se han adjudicado, respectivamente, los cargos de presidente y secretario general del partido. Nada que objetar. Cada uno adopta el seudónimo artístico que más le place y, cumplidos los requisitos legales, ya puede actuar. Ahora bien, una somera ojeada a los principales protagonistas del M1-O ya da motivos de preocupación. Colomines no es precisamente un individuo generador de consensos ni creador de procesos de unidad. Más allá de su trayectoria política -del paso del rojo al amarillo- su biografía está trufada de altercados y notas disonantes. Conspirador nato, irascible, procaz y de enojo fácil, ha provocado situaciones muy tensas en infinidad de tertulias, tanto en radio como en televisión. De su lengua viperina no se han librado sus adversarios ‘unionistas’, pero tampoco algunos de sus colegas de credo secesionista. Declaró, no hace mucho, que el ex diputado Jordi Cañas era un miserable que le producía asco; del articulista Joaquim Coll afirmó lo mismo; se excedió insultando a Ignasi Guardans y tildó de idiota y ladrón a Xavier Rius. No dudó en poner a parir a Oriol Junqueras e insultar a Enric Millo… A un servidor de ustedes, al igual que a Bernat Dedeu, este gran demócrata llamado Colomines nos tiene bloqueados en twiter.
No les voy a recordar las hazañas de este personaje al frente de las fundaciones convergentes que se beneficiaron con los fondos desviados del Palau. Tampoco detallaré su sectaria trayectoria como director de la Escuela de Administración Pública de Cataluña. No hace falta, sus proezas son de sobras conocidas y recogidas en la prensa libre.
El M1-O nace con pecado original. Supura intolerancia y agresividad. No viene a servir al país sino a servirse de él para dilatar, aun más en el tiempo, la aventura suicida de Puigdemont y los suyos. Son terriblemente críticos con todo lo que se mueva fuera de sus deseos. A esta peña parece impórtales poco el deterioro de la convivencia y la parálisis política e institucional que padece el país.
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