El blog d'en Joan Ferran

8.11.20

PILAR RAHOLA

 

Pilar Rahola es insaciable. Ha cocinado tantas paellas marineras, ha escrito tantas columnas bizantinas y vociferado en tantos platós de televisión, que ahora quiere pasar factura. Pero no se distraigan con lo accesorio, sobre todo quiere seguir cobrando una buena morterada a cuenta del erario público. Para seguir conservando el nivel de ingresos de su peculio, no ha dudado en acudir al más mezquino de los conseguidores patrios y llorar desconsoladamente sobre su hombro. Cómo se atreven a recortar su presencia en ‘la nostra’. Cómo le pueden hacer eso a ella; sí, precisamente a ella, que ha sido biógrafa y hagiógrafa de los cesarillos caídos en desgracia; a ella que, día tras día, castiga su terso cutis bajo el infame maquillaje de TV3 y soporta las despiadadas críticas de los que la acusan de pesetera. Por si no han reparado en ello: cuando Pilar se irrita, el secesionismo puigdemontista tiembla. Ella es la única voz capaz de explicar lo inexplicable (sic) y llegar al corazoncito de los ciudadanos independentistas que andan extraviados. Pilar Rahola está tan convencida de su rol mesiánico como gladiadora televisiva, que recurre a ‘la palanca especial’ de David Madí y a las presiones del apalancado Puigdemont. Busca venganza contra quienes osan reducir su cuota de pantalla. Sus avaladores políticos le sugieren que aguarde a las elecciones, que habrá un antes y un después, y que el impío Vicens Sanchís purgará sus pecados. Pero no se lo pierdan, hay quien cree que, en el fondo, Pilar Rahola sueña con ser una especie de Mónica Terribas, con programa de máxima audiencia a su cargo y barra libre. Pilar sueña con un ‘Aló Rahola’ donde disertar y pontificar a placer, donde masacrar a adversarios, premiar a los amigos arroceros y hacer patria. De momento toca santificar al prófugo Puigdemont y así poder seguir adorando al poderoso caballero Don Dinero.