EL PP NO CAMBIA

He asistido, en el Congreso de los Diputados, a la votación del texto del Estatut de Cataluña elaborado por la Comisión Constitucional, en la que participé como miembro integrante de la delegación del Parlament. He escuchado de nuevo las tesis de Mariano Rajoy y el jaleo de la bancada popular, he presenciado los aplausos cerrados de los conservadores y sus insultos a Fernandez De la Vega y Duran LLeida.

Los dirigentes del PP no cambian. Sí, se colocan a favor de la corriente en el tema de la paz en Euskadi, pero persisten en sus discursos rancios contra las reformas estatutarias. La prédica anticatalanista deviene combustible gratis para la catalanofobia.

El Estatut es bueno para los ciudadanos de Catalunya. Su aplicación incidirá positivamente en las prestaciones sociales, mejorará la calidad de nuestra democracia y favorecerá el crecimiento económico, las infraestructuras y el empleo.

Solo los dogmáticos maximalistas de uno y otro signo, de la derecha o de las esencias patrióticas, son incapaces de valorar positivamente el avance que representa.Insisto, el Estatut es bueno para los ciudadanos de Cataluña, y para toda España.