Duran i Lleida ha conseguido, no sin reparos y dudas, el aval del Congreso de los Diputados para la compatibilidad de su labor parlamentaria con la representación de la Generalitat catalana en cuatro comisiones bilaterales con el Gobierno de España.
La presencia política de Duran en las instituciones recuerda la figura de aquellos grandes eucaliptos que crecen desmesuradamente y no facilitan la existencia de vida vegetal a sus pies. Ocupan el espacio aéreo al tiempo que desertizan el terreno. Eso si, despiden un aroma intenso y una fragancia que sirve de bálsamo para terceros interesados en disfrutar de sus propiedades.
El personaje en cuestión es secretario general de CiU, cabecilla deUnió, potavoz en Cortes de los nacionalistas catalanes, presidente de la comisión de Asuntos exteriores.... y piensa ampliar, ahora, su quehacer cotidiano con las reuniones y presidencias de...¡Cuatro comisiones mixtas!
Es tan grande la sombra y el espacio que ocupa el ego del "Eucaliptos Duran" que absorbe, el solito, todo el protagonismo del mercado relacional de CiU con el consiguiente mal humor de sus correligionarios y socios.
¿Podrá Duran compaginar tanto cargo? ¿Resistirá su agenda? ¿Mermara su rol de diputado en el Congreso?...El tiempo lo dira.
Pues bien, a pesar de lo expuesto, aun está por ver si la aventura polifacética de Duran es comestible desde una optica legal dado que, politicamente, nos parece inaceptable.
Seamos claros: El proceso acumulativo de funciones que protagoniza el líder de Unió - además de confuso y tramposo- deja al descubierto las insuficiencias del equipo gubernamental que capitanea, sin demasiado acierto, Artur Mas. Algunos, en Madrid, hacen la vista gorda ante el personaje pero en Catalunya hemos tenido multiples ocasiones para conocer lo que habita tras el ego de alguno de nuestros paisanos.
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