El blog d'en Joan Ferran

28.1.19

QUIEN NOS DEFIENDE ?????






ETERNAMENTE… RAFAEL RIBÓ


 No pretendo someter al Síndic de Greuges, Rafael Ribó, a una crítica política construida sobre la base de un puntillismo de inspiración inquisitorial. Eso me obligaría a hablar de los muchos años que lleva en el cargo, de sus costosos y frecuentes viajes, de sus filias, de sus fobias, de su generosa retribución salarial, del número de funcionarios y servicios a su cargo, de sus criterios de selección del personal adjunto… Todo eso lo dejo para parlamentarios, gacetilleros atrevidos y políticos profesionales. Tampoco hablaré de sus silencios selectivos ni de sus olvidos clamorosos. No me detendré en su mutis por el foro ante los hechos acaecidos en el parlamento catalán, en setiembre y octubre del 2017, en los que se atentó contra el Estatut y la Constitución. Menos aun de los manifiestos, con firmas ilustres, sobre los que ya han opinado afamados doctores y familiares de los honorables signatarios. No voy a hacerlo. Obviaré también los cambios legislativos que, al amparo de la reforma del Estatut, hicieron posible que su permanencia en el cargo se dilatara nueve años más. ¿Para qué entrar en detalles tan sórdidos? La casta y los favores no reparan en ideologías. Eso de la limitación de mandatos, o el respeto para los resultados de las primarias, es para ingenuos. No voy a recordarles aquello que disponen las leyes cuando nos dicen que el Síndic -o el Defensor del Pueblo- es una figura pública políticamente independiente, que no depende de ningún gobierno y que actúa con objetividad, libertad de criterio e independencia… No voy a entretenerles con eso, sería ocioso. Pero alcanzado ese punto filipino uno puede preguntarse algo tan simple como: ¿Quien nos defiende del ‘Defensor’ cuando este peca por omisión o comisión? O sea, por lo que no hace cuando lo debe hacer, o por lo que hace y no debería hacer. ¿El Parlament? No me hagan reír.