El blog d'en Joan Ferran

20.5.19

ERC....NO SON DE FIAR





¡QUEMAD LA BANDERA BLANCA! 


 Cuentan algunos insignes historiadores anécdotas de nuestra Guerra Civil en las que los combatientes se daban una tregua para negociar o parlamentar. El método de enarbolar la bandera blanca funcionaba. Ocurrió en la batalla del Ebro, en el frente de Aragón, en Navarra… Es famosa la tregua de las navidades de 1936, acaecida en el monte Kalamua, en la que milicianos y requetés intercambiaron periódicos, vino y cigarrillos con motivo de la Nochebuena. La bandera blanca funcionó en esa refriega bajo el significado de alto el fuego, cese de hostilidades y solicitud de parlamentar. Me dirán que eran tiempos en los que la palabra dada y el sentido del honor tenían un cierto peso. Pues sí, más que ahora. Desde tiempo inmemorial se tiene constancia del uso de la bandera blanca. Se empleo en la China de la dinastía Han y desde la Edad media hasta nuestros días sin interrupciones dignas de mención. Fue la Convención de Ginebra la que la acepto en sus diversos significados, considerando su uso inapropiado como un crimen de guerra. Pues bien, salvando las diferencias, en la vida política y parlamentaria también existen otras variedades o sucedáneos de bandera blanca. Son costumbres, hábitos y ritos aceptados por las partes que permiten abrir espacios de distensión, acuerdo y dialogo entre adversarios. No respetar esos códigos, aceptados unánimemente durante años, denota la baja catadura moral, la irresponsabilidad y la inmadurez de los transgresores. En el mes de setiembre del 2017 alguien jugó en el Parlament de Cataluña a romper el consenso político democrático sin calibrar las consecuencias de tal decisión. Hoy estamos inmersos en un conflicto de orden judicial que tendrá derivaciones políticas graves si el dialogo se desvanece. Recientemente algunos se han cargado los usos y protocolos básicos que facilitan el seguir hablando aunque estemos inmersos en el fragor de la batalla. Solo a los suicidas, o a los insensatos, se les puede ocurrir la idea de quemar banderas blancas. Nunca imagine que algo así podría suceder pero… ¡Zas! Ahí está. Resonaron de nuevo en mi mente unas palabras del que fuera presidente del Parlament, Joan Reventós, que decían así: “De Esquerra Republicana no te fíes jamás”. Tenía razón. Esos tipos queman hasta el palo de la bandera